_
_
_
_
Tribuna:El conflicto de la financiación autonómica
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Autonomía política y financiera

No son exageradas las voces que desde Cataluña se alzan estos días reclamando la revisión del sistema de financiación de las comunidades autónomas. Quienes sostenemos que el actual sistema no funciona lo hacemos desde la experiencia de varios años de aplicación de unas fórmulas que no solucionan los problemas que se plantean a las autonomías con capacidad suficiente para administrar la cosa pública.Cuando se elaboraron la Constitución y los estatutos, nadie puso en duda la necesidad de dotar a las comunidades autónomas de los medios suficientes para llevar a cabo su cometido. Ahora, cuando el marco constitucional no se cuestiona, desde la Administración, con cicatería, se pretende asfixiar económicamente a esas comunidades. El déficit público es la gran excusa. Sin embargo, desde el Gobierno central no se ofrece nada que permita percibir una política de drástica restricción del déficit público. Se impone a las comunidades autónomas, no sin aire prepotente, sufrir las consecuencias de una deficiente política de contención del gasto de la Administración central.

Cataluña, que como siempre quiere ser solidaria con todas las comunidades autónomas de España, sabe que paga mucho y que recibe poco. Pero la solidaridad consiste en que reciba lo justo, y ahora esto no ocurre.

Revisión a los seis años

En el Estatuto de Cataluña está prevista la revisión del sistema de financiación una vez transcurrido el período transitorio de seis años, que ahora se cumple, o cuando estén ultimados los traspasos de servicios. Todo ello según lo regulado en el artículo 45 del estatuto y en el artículo 13 de la ley de Financiación de las Comunidades Autónomas.

Se ha de hallar con voluntad de entendimiento un nuevo método para financiar la autonomía. Desde Cataluña se desea asegurar definitivamente unos mecanismos de financiación que constituyan una garantía para obtener un auténtico autogobierno por parte de la comunidad. Que da claro que la condición básica para ese autogobierno no es otra que la autonomía financiera. Autonomía para decidir la estructura del gasto y la capacidad para establecer el volumen final de los ingresos.

Nos resistimos a imaginar que la pretensión final de la Administración central sea bloquear la capacidad de maniobra de las comunidades autónomas que no controla. Sería tanto como pretender la paralización del engranaje del Estado, porque las autonomías son Estado, tan Estado como toda la Administración central.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

No se quiera desvirtuar lo que hoy es un hecho evidente. No se hurte a los ciudadanos la verdad. Sin dinero no existen las autonomías. Si unas administran mal, que se sepa. En Cataluña y desde Cataluña creemos que las cosas no se han hecho tan mal. No se está haciendo crispar a nadie porque el descontento es generalizado. Una asfixia económica para hacer fracasar una política distinta no sería sino cortedad de miras.

Josep Maria Trias de Bes i Serra es diputado de Convergència Democrática de Catalunya por Barcelona.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_