Los camaleones

Hace tiempo que el socialismo en España está sufriendo una mutación capitalista bastante acusada, de tal modo que se encuentra, muy alejada de las bases teóricas, motivo de orgullo de los fundadores de la I Internacional y de los pensadores del 48. Un último ejemplo, tipo refrán castellano, del que Fraga podría hacer un lema (si no fuera el contrincante por excelencia del Andalú), aquello de "nacionalizar no es progresar" da un voto de confianza a los señores capitalistas, que pretenden ser los salvadores de un país eminentemente agrícola y con una base industrial ficticia. El Gobierno ha olvidado la confianza depositada por los ciudadanos de a pie.También recientemente se anunció, con cierto orgullo, la medida tomada por el (Gobierno) Ministerio de Hacienda con respecto al fraude fiscal, el llamado peinado fiscal. El hecho no deja de ser positivo. Sin embargo, hay que analizar la noticia: se nos mostraba, en primer lugar, en la televisión socialista una filmación muy chic a propósito de una inspección realizada en un modesto comercio, y la sorpresa fue mayor cuando personalmente pude observar la llegada de unos inspectores a un pueblecito castellano, quizá con el fin de controlar la cantidad de millones de renta que permite a los agricultores vivir tan opíparamente, tanto física como psíquicamente, hasta el punto de permitirse el lujo de tirar los tomates. Se decía que los funcionarios eran los que más pagaban a Hacienda, seguidos de los empresarios, y en último lugar, como deshonra del país, los agricultores; con esto se entiende que el campesino no es tan pobre como parece. Yo invitaría a los súbditos de Felipito a que realizaran un viaje en el que pudieran contrastar los lujos rurales con la forma de vida de los afiliados al PSOE, que tan a menudo salen últimamente en las publicaciones del Hola.-