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Reportaje:España quiere invertir en el extranjero

Que se abran cien flores, que compitan cien escuelas

32 empresarios acompañan a Felipe González a China para aprovechar la apertura de un gigantesco mercado que no es El Dorado

Joaquín Estefanía

El presidente Mao Zedong gustaba de repetir en sus discursos una antiquísima fábula china denominada El Viejo Tonto que removió las montañas. Cuenta esta fábula que hace mucho tiempo vivía en el norte de China un anciano conocido como el Viejo Tonto de las Montañas del Norte. Su casa miraba al Sur, y frente a ella, obstruyendo el pasa, se alzaban dos grandes montañas. El Viejo Tonto decidió llevar a sus hijos a remover con azadones las dos montañas. Otro anciano, conocido como el Viejo Sabio, los vio y, riéndose, les dijo: 'Qué tontería. Es absolutamente imposible que vosotros, siendo tan pocos, logréis remover montañas tan grandes'. El Viejo Tonto respondió: 'Después que yo muera, seguirán mis hijos; cuando ellos mueran, quedarán mis nietos, y luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque son muy altas, estas montañas no crecen, y con cada pedazo que les sacamos se hacen más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder removerlas?". Después de refutar la errónea idea del Viejo Sabio, siguió cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto, envió a la Tierra dos ángeles, que se llevaron a cuestas ambas montañas.Cuatro modernizacionesEl presidente del Gobierno, la delegación oficial (Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Asuntos Exteriores; Javier Solana, ministro portavoz del Gobierno, y Luis de Velasco, secretario de Estado de Comercio) y los 32 empresarios españoles que parten el martes hacia Pekín se van a encontrar un país en el que algunas ideas de Mao están en revisión, pero en el que subsiste la idea profunda de voluntarismo, de tozudez, que contiene la fábula. Los dirigentes chinos están empleados, con contradicciones -con contradicciones en el seno del pueblo-, en la tarea de modernizar la nación. Para ello, la República Popular China inició en 1978 el Programa de las Cuatro Modernizaciones, por el cual se reformaba la economía con los objetivos de industrialización (revisión del viejo lema de "tomar la agricultura como base y la industria como factor dirigente") y de elevación de la renta per cápita (actualmente alrededor de 250 dólares, lo que indica que, siendo China un mercado potencialmente importante, tampoco es El Dorado).La agricultura como base...Las medidas adoptadas bajo la dirección del Partido Comunista Chino tuvieron una filosofía liberalizadora y descentralizadora. Según un informe que la Secretaría de Estado de Comercio española ha hecho llegar a los 32 empresarios viajeros a China, en el ámbito interno, el cambio más importante ha sido la descolectivización agraria, implantando el sistema de responsabilidad -en lugar de la organización basada en comunas- que permite a los agricultores comercializar en el mercado libre una parte de la producción y que ha tenido como consecuencia fuertes aumentos en la producción agraria y en la renta de las familias rurales.

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Otras medidas aún no plenamente desarrolladas suponen también un menor intervencionismo estatal, con la reducción del número de sectores sujetos a planificación vinculante, liberalización de los precios de una serie de productos básicos, concesión- de mayor autonomía de gestión a las empresas y flexibilización de la política salarial para ajustar la retribución al rendimiento.

Sin embargo, el cambio más interesante para los posibles futuros inversores españoles es la apertura al exterior. Los dirigentes chinos intentan que, en una economía cerrada mucho tiempo, entren inyecciones de capital occidental, tecnología de punta y el suficiente know how como para cuadriplicar el valor de las producciones industrial y agrícola de aquí a final de siglo.

El ejemplo de esta apertura se concretó, en 1979, en la creación de cuatro zonas económicas especiales, y en 1984, de 14 ciudades costeras abiertas, en las que las autoridades locales conceden incentivos fiscales, arancelarios, etcétera, a la inversión extranjera. El resultado de esta política de puertas entreabiertas ha sido una multiplicación -por ocho- de la inversión extranjera en los tres primeros años de la década y un aumento del peso del comercio exterior en la economía china.

La rectificación de la filosofía económica desde la muerte de Mao Zedong no ha sido lineal. A los beneficios citados anteriormente hay que restarles algunos ajustes que frenan el crecimiento: la disminución de reservas exteriores al dispararse la demanda de importaciones (un 30% entre octubre de 1984 y marzo de 1985), las tensiones inflacionistas, el descontrol del crédito interno, etcétera, se han unido a las deficiencias estructurales en sectores básicos, como el energético, los transportes o las materias primas.

La industria, dirigente

Ante esta situación, la Secretaría de Estado advierte a los empresarios españoles: "El proceso de reforma está actualmente sometido a revisión, en especial la apertura al exterior, que ha sido el aspecto más criticado y que ha encontrado mayor resistencia interna (Deng Xiao Ping lo definió recientemente como "un experimento"). Es previsible, pues, que en la conferencia del Partido Comunista Chino del próximo septiembre se produzcan cambios y reajustes significativos en el alcance de esta reforma; de hecho, ya en los últimos meses las autoridades han optado por frenar el ritmo de entrada del capital extranjero, además de recortar algunas competencias en los estatutos especiales de 10 de las 14 ciudades costeras abiertas".

Comercio insignificante

La delegación empresarial española viaja oficialmente a China, pero no a Japón. Es por ello que el centro de las operaciones que de este viaje puedan concretarse corresponden a la República Popular. El volumen de comercio hispano-chino es casi insignificante en términos cuantitativos: el pasado año, las exportaciones españolas a China supusieron menos del 1% de las exportaciones totales (18 millones de dólares); las importaciones fueron el 0,4% del total (114 millones de dólares). Desde 1982, el saldo comercial es favorable a España. Los productos principales que España vende a China son siderúrgicos, zinc textiles, abonos, productos químicos orgánicos y materias plásticas; España recibe crudos, pieles, cueros, prendas de confección, productos químicos, manufacturas de esparto y cestería, etcétera.

El último contacto oficial entre los dos países se produjo el pasado mes de mayo en Pekín. Se reunió la comisión mixta hispano china. La delegación española la presidía Luis de Velasco, el secretario de Estado de Comercio, que estuvo acompañado de 31 empresarios. El punto más destacable tratado en la comisión fue la oferta española de financiación blanda (créditos con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo) para tres

Que se abran cien flores, que compitan cien escuelas

proyectos que empresas españolas negocian en China: la construcción de una refinería de crudo en Fujian (consorcio Técnicas Reunidas-Centunion); una planta de fabricación de derivados de cítricos en Zhejiang (Emex), y una planta de cemento en Liaoning (Asland).Financiar 55.000 millones

Fuentes oficiales españolas han indicado que las condiciones de financiación ofrecidas, si se firmasen los tres proyectos, son las más favorables que España haya otorgado a país alguno. Los créditos blandos serían a 30 años (con 10 de carencia), 27. de interés, y cubrirían, en el caso de la refinería, un 40%, y en los otros dos, un 30% del valor de las exportaciones de bienes y servicios españoles. El porcentaje restante se financiaría en las condiciones habituales de crédito a la exportación.

El valor de estos tres proyectos asciende a 340 millones de dólares (más de 55.000 millones de pesetas).

La mayor parte de los empresarios seleccionados por la Presidencia del Gobierno para el viaje a China tienen en marcha proyectos de cooperación: el Banco Exterior inaugura una oficina de representación en Pekín; el Bilbao es una de las entidades que más interesadas se han mostrado en la financiación de algunas de las iniciativas, como por ejemplo la refinería de Fujian; entre las operaciones iniciadas está la compra de 250.000 toneladas de petróleo, contratada por CEPSA (del grupo Banco Central) en las conversaciones empresariales que se celebraron paralelamente a la reunión de la comisión mixta en mayo pasado.

En fase de negociación se encuentra la instalación de fábricas de calzado (Celme), modernización de fábricas de papel (Technopap), fabricación de centralitas y aparatos telefónicos (Telefónica y Standard Eléctrica), fábrica de alimentos infantiles (Nutrexpa), fábrica de joyería (Majórica) y plantas de fabricación de baldosas de cemento y terrazo (Herrando Industrial).

En los dos últimos años, el Instituto Nacional de Fomento a la Exportación (INFE) ha participado en varias ferias en la República Popular China y ha recibido a misiones de este país interesadas en la industria ligera, metalurgia, productos farmacéuticos y automoción.

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