_
_
_
_

Técnicos del Ministerio de Cultura defienden el proyecto de protección de vidrieras en la catedral de Burgos

El procedimiento elegido se utiliza habitualmente en Europa

Andrés Fernández Rubio

Arquitectos del Ministerio de Cultura han calificado de "ignorantes" y "mal intencionadas" unas declaraciones de profesionales y artistas de Burgos en las que se enjuiciaba negativamente la protección que se está realizando en las vidrieras de la capilla del Condestable de la catedral de esta ciudad. También dijeron que no tienen constancia de que las obras vayan a ser paralizadas. "Para proteger las vidrieras", precisaron, "se han tenido en cuenta las condiciones arquitectónicas y los factores ambientales del monumento, y se ha seguido la línea de restauración utilizada en otros de Europa".

Más información
Los detractores mantienen sus critenos sobre la obra

José Sancho, que interviene con Manuel Rico, director de las obras, en este proyecto, y Carlos Baztán, ambos arquitectos de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, señalaron su intención de hacer cambios, "siempre que sean justificables", y explicaron su interés en que se abra un debate público, al ser la catedral de Burgos monumento de interés mundial, para buscar la fórmula de protección más adecuada. Las vidrieras que ahora se protegen fueron realizadas entre 1510 y 1522 por Arnao de Flandes, cuya firma aparece en dos lugares diferentes. Se conservan seis ventanales con vidrieras originales. Las otras se perdieron posiblemente en 1813, durante la invasión francesa. Todas se han deteriorado en los últimos tiempos, sobre todo a partir de los efectos del ciclón Hortensia, en octubre del año pasado.

Arquitectos y artistas de Burgos dijeron el lunes (véase EL PAIS del pasado martes) que el sistema de protección elegido podría "dañar la fisonomía de la catedral", y que se estaba trabajando con un procedimiento desechado en todo el mundo, "colocando unos cristales opacos que atentan contra la uniformidad y la imagen del monumento". Este procedimiento consiste en colocar un cristal. tratado para evitar los reflejos delante de la vidriera original, con objeto de crear una ventilación entre las dos paredes de vidrio, eliminar condensaciones y garantizar las condiciones térmicas adecuadas al original. El problema del método es que el cristal tratado hace per der definición desde el exterior a la vidriera que protege.

José Sancho y Carlos Baztán señalaron que este sistema "es el más adecuado para las vidrieras por las pequeñas dimensiones de los ventanales y solucionará los problemas que existen en la catedral de Burgos y que influyen negativamente en su conservación, como las fuertes variaciones de temperatura, el empuje del viento y la acción de pájaros, piedras que caen y perdigones".

El doble acristalamiento se ha utilizado en las catedrales de Augsburgo, Siena, Ginebra, en Santa María Novella de Florencia y en varias iglesias del Kremlin. Estos arquitectos consideran que calificar al sistema de obsoleto es inadmisible, ya que se "sigue empleando habitualmente en muchos países".

Sancho y Baztán consideran también que el proyecto no se ha realizado precipitadamente. "Antes de que se aprobase por orden del Ministerio de Cultura en 1983", señalaron, "se realizó una exposición en la propia capilla, con todos los detalles técnicos de la protección y restauración proyectada". "En un coloquio público organizado más tarde en Madrid", añadieron, "no se presentó ningún reparo técnico por parte de los profesionales que intervinieron".

Otros procedimientos

Otros modos de restauración de vidrieras que se utilizan habitualmente consisten en colocar vidrio moderno, a veces pegado a cada fragmento de vidrio antiguo, o pegar al original una película de resina. Estos procedimientos son reversibles, pero ocasionan desperfectos. Los arquitectos del ministerio señalan que el sistema de doble acristalamiento es "totalmente reversible", que en el proyecto de las vidrieras de Burgos no se causa ningún daño a la piedra y que "el efecto antiestético de los bastidores del nuevo vidrio se evita con un acabado exterior, de pintura que integra el color con el del ventanal".

José Sancho explicó que "el doble acristalamiento servirá para que el interior del monumento esté protegido mientras permanezcan desmontadas, para su restauración, las vidrieras". Dijo también que en este refuerzo se ha montado un sencillo sistema antirrobo, y que la discusión que admite es la referida "a la búsqueda de un tratamiento del nuevo cristal que permita una mejor definición de las vidrieras originales".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_