Drásticas medidas en la capital tinerfeña ante la contaminación ambiental

El gobernador civil de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Antonio Martinón, ha adoptado, en coordinación con las autoridades sanitarias, municipales y de protección civil, medidas drásticas de tipo ambiental para evitar que la preocupante contaminación que ha padecido estos días la capital alcance la situación de alerta en primer grado.Una ola de calor, con fuertes temperaturas que alcanzaron los 40 grados a la sombra, unido a la presencia de polvo en suspensión procedente de África y al fenómeno de inversión térmica (nube de aire que impide la oxigenación de la atmosfera), provocó cierta alarma y se temió por la salud de la población.

Los sensores de la consejería de Sanidad del Gobierno autónomo detectaron el miércoles y el jueves pasados, en Santa Cruz de Tenerife, más de 700 microgramos de anhídrido sulfuroso por metro cúbico de aire, más del doble de la cota máxima admisible, y casi se alcanzó la situación de alerta en primer grado, que se encuentra establecida en 800 microgramos por metro cúbico de aire.

Entre las instrucciones elaboradas en una reunión urgente celebrada en el Gobierno Civil figura la paralización de la mayor de las cuatro plantas de destilación atmosférica de la refinería de la Compañía Española de Petróleos, SA (CEPSA) y la conveniencia de que el gasóleo que se emplee en sus intalaciones tenga un contenido inferior en azufre. La compañía eléctrica Unelco deberá extremar también su vigilancia sobre la combustión para reducir la emisión de humos y gases. Estas dos industrias, que colaboran con el Gobierno Civil en la solución del caso, están enclavadas en la capital y sus inmediaciones. Asimismo, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un dispositivo especial de tráfico para impedir retenciones de vehículos en las zonas neurálgicas.

Con estas medidas, cuyos resultados serán envaluados hoy, se intenta atacar con éxito la anómala situación creada en la ciudad este verano con la aparición de una franja de aire que ha llegado a estar, a modo de techo, a unos escasos 80 metros de altura.