Llegan a Beirut 50 carros de combate soviéticos cedidos por Siria a la milicia shií libanesa Amal
Siria entregó ayer unos 50 carros de combate al movimiento shií Amal (Esperanza), convirtiéndolo en la milicia mejor armada de Líbano. Se trata de los primeros carros de combate con los que cuenta esta organización. La columna de carros de combate de fabricación soviética, de los modelos T-54 y T-62, transportados por enormes camiones, hizo una entrada sonada en Beirut y provocó a media tarde grandes atascos en el tránsito de vehículos por el interior de la capital beirutí.
Los carros de combate procedían de la llanura libanesa de la Bekaa, y para llegar hasta la capital beirutí tuvieron que atravesar las montañas del Chuf, en poder de las milicias drusas del líder del Partido Socialista Progresista, Walid Jumblat, según informa la agencia Efe.Nada más penetrar en el sector musulmán de la capital libanesa, la caravana, de la que formaban parte varios jeeps con oficiales sirios y responsables shiíes a bordo, fue decorada con banderas verdes, rojas y negras de Amal.
Los carros fueron principalmente desplegados en los alrededores del aeropuerto de Beirut, donde se desarrolló el mes pasado parte del secuestro de los pasajeros norteamericanos capturados a bordo de un avión de la compañía estadounidense Trans World Airlines (TWA), y se aseguraba, sin existir confirmación de ello, que también habían tomado posiciones en la línea verde que divide la ciudad en zona cristiana y musulmana.
Agradecimiento
Con la cincuentena de vehículos blindados que recibió ayer Amal, que tiene unos 6.000 hombres en armas, se convierte, al menos sobre el papel, en la más poderosa de las milicias locales, comparada con la drusa de Walid Jumblat, que posee una treintena de T-54, y las fuerzas libanesas (cristiana), que disponen de una veintena de M-4.
Este regalo parece ser el agradecimiento sirio por la batalla que en mayo y junio pasados libró el movimiento shií capitaneado por Nabih Berri contra los fedayin palestinos, mayoritariamente leales a Yasir Arafat, atrincherados en los campamentos de refugiados del sur de la capital Burj el Brajne, Sabra y Chatila, en la que murieron más de 600 personas, mientras otras 2.500 resultaron heridas.
Desde entonces, y para restaurar el orden en Beirut oeste, el régimen baasista de Damasco ha destacado en ese sector a unos 30 oficiales, observadores de la precaria tregua en vigor desde la segunda semana de este mes de julio.
Con la publicidad dada a la iniciativa siria de poner los carros de combate a disposición de Amal, esta organización y su aliado druso han querido, probablemente, hacer una demostración de fuerza dirigida a los cristianos en vísperas de la formación de un Frente de la Alianza Nacional (FAN), coalición de las principales corrientes musulmanas de oposición, que pretende entablar un diálogo con los cristianos y obligarles a ceder parcelas del poder formal que aún detentan.
"No haremos", dijo ayer Nabih Berri a su regreso de Damasco, "ninguna concesión en lo que respecta a la supresión del sectarismo de este régimen".
Un portavoz del Ministerio de Defensa libanés mostró su preocupación por la llegada de los carros de combate, pero declinó extenderse más en su declaración al respecto, informa la agencia Reuter. Un despacho de esta agencia procedente de Damasco señaló que el presidente sirio, Hafez el Asad, aseguró a un enviado del presidente Amín Gemayel que continuaría sus esfuerzos por conseguir la reconciliación entre los libaneses.
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