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Las fuerzas de seguridad de Euskadi

Un detenido 'especial' en Mondragón

En un viejo caserón, antigua propiedad de un conocido industrial de la zona, está ubicada la comisaría de Mondragón, en el centro neurálgico del pueblo. Tras franquear una puerta cerrada cuyo sistema de alarma no es otro que un timbre de fabricación casera, una ertzaina recoge la correspondiente acreditación. Los calabozos de esta comisaría acogieron hace unos días a un etarra que quería acogerse a las medidas de reinserción.El sargento Kepa Goicoechea, de 35 años de edad, casado y natural de Villarreal de Álava, de carácter relajado y conversación dicharachera, controla los hilos de la comisaría, que dirige desde una sala de color blanco de estilo funcional, sentado frente a una mesa provista de un teléfono rojo, un montón de papeles a su alrededor y un diccionario de euskera.

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El comisario, que sólo sufrió un lapsus -durante el acoso de preguntas formuladas por este periódico- al responder que ignoraba la equivalencia de su cargo de sargento mayor en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, cuenta que la comisaría de Mondragón está integrada por 108 hombres y 22 mujeres, cuya media de edad se sitúa en los 24 años. Al referirse a la distribución de tareas entre los policías, el comisario no tiene depositada su total confianza en la capacidad de mando de las mujeres ante una situación comprometida. "Hay muchos servicios en los que las ertzainas están respondiendo eficazmente, como el tráfico y la investigación, pero donde corren peligro de producirse momentos de violencia física prefiero que no esté ninguna mujer en primera línea". En la comisaría dos calabozos individuales y una celda capaz de albergar a ocho personas. Durante el año de funcionamiento los policías han detenido a provocadores callejeros y a conocidos traficantes de drogas.

Un detenido especial pernoctó la pasada semana en el calabozo. Se trata de un ex miembro de ETA Militar que había pertenecido a un comando legal y que decidió entregarse a la Ertzantza diciendo que quería acogerse a las medidas de reinserción. "Tuvimos una larga conversación", reconoce el comisario, "durmió aquí y a la rriafiana siguiente nuestros hombres lo condujeron, acompañado por el senador Joseba Ascárraga, a la Audiencia Nacional. Hoy ya está en libertad".

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