Escasas posibilidades de llegar a un consenso sobre el documento final
No hace falta ser muy pesimista para augurar a la Conferencia mundial para el examen y evaluación de los logros del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer un final parecido al que tuvo la de Copenhague a mitad del Decenio. Nadie creía anoche en la aprobación del Documento de Estrategias por parte de todos.
La impresión general era que muchos países occidentales podrían abstenerse en la votación -como los de la CEE, excepto Grecia, calificada más de una vez en esta conferencia como "niño terrible", que podría dar su voto a favor del texto-, e incluso cabría esperar el abandono de la conferencia por parte de los Estados Unidos como insinuó por la mañana Maureen Reagan en una reunión con periodistas.
Indecisión española
Por su parte la delegación española no tenía aún decidido su voto, según manifestó la jefa de la misma, Carlota Bustelo.A las 22.00 horas de ayer -21.00 horas en Madrid-, unas 24 horas antes de que deba clausurarse en Nairobi la conferencia, no había comenzado a votarse en la asamblea plenaria el Documento de Estrategias de cara al año 2000.
En las comisiones, que dieron por terminado su trabajo a mediodía, se pasaron sin votar, directamente al pleno, una gran parte de los proyectos de resolución, especialmente los más conflictivos, y, entre ellos, el relativo a las mujeres saharauis sobre el que polemizan españolas y marroquíes. El comité de negociación de las propuestas se deshizo, por no llegar a un entendimiento en temas como el apartheid y las mujeres palestinas, pese a un intento de conciliación de Egipto, como representante del grupo de países no alineados.
Ayer por la tarde se inició la asamblea plenaria, que aprobó los informes previos al debate general, pero el ambiente tenso y poco proclive a la negociación se plasmó en la reiteración de debates que se han venido dando en esta conferencia y que, en general, parecen ser habituales en los foros de las Naciones Unidas: Irán-Irak, Paquistán-Afganistán, el Chad y otros.
Siria e Israel protagonizaron una bronca por los territorios ocupados del Golán y sur del Líbano y la legitimidad o no de Campuchea consumió también una parte no pequeña de la sesión.
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