2.700 profesores asistieron a la Escuela de Verano de Madrid

El movimiento en pro de una profunda reforma de la enseñanza, surgido con notable fuerza en toda España mediada la década de los setenta y plasmado en el polémico manifiesto Una alternativa para la escuela pública, del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid, ha sido evocado en la 10ª Escuela de Verano de Madrid (EVM), que concluyó sus actividades la pasada semana. Con este motivo, Acción Educativa, la asociación que promueve anualmente este encuentro -al que este año han asistido 2.700 profesores-, ha reivindicado la vigencia de aquella propuesta, a pesar de lo que han cambiado las cosas desde entonces.

Los rasgos de la escuela pública, repasados en el acto de clausura de la EVM, distan mucho todavía de la realidad actual de la escuela, según los maestros de Acción Educativa. El primero de dichos rasgos es el de la gratuidad, entendida no como la simple posibilidad del acceso a un asiento en la escuela, sino en el sentido de que una enseñanza de verdadera calidad debe estar al alcance de todos y ser capaz de, compensar las desigualdades de partida de los ciudadanos. De este modo, el carácter gratuito de la escuela pública se da la mano con su condición de escuela compensatoria.Otra nota de la escuela pública preconizada por Acción Educativa es el pluralismo, concepto en tomo al cual ha discurrido la mayor parte del debate sobre la enseñanza en España durante los últimos 50 años. Este debate, que ha adquirido intensidad durante la larga espera a que el Tribunal Constitucional se pronunciase sobre la constitucionalidad de la ley orgánica del Derecho a la Educación (LODE), tuvo en esta décima EVM una singular versión, con la presencia de Carmen de Alvear, la presidenta de la Confederación Católica de Padres (Concapa).

Porque el pluralismo fue el tema de un coloquio en el que confrontaron sus opiniones la diputada socialista Elena Vázquez y la presidenta de la Concapa. De Alvear reiteró sus preferencias por un sistema escolar que propicie la existencia de una pluralidad de escuelas, donde cada padre escoja para sus hijos la que prefiera.

Frente a este modelo de escuela confesional, Elena Vázquez, miembro de la Comisión de Educación y Cultura del Congreso que elaboró la LODE, se pronunció por una escuela laica, internamente plural -como la sociedad y los individuos que a ella asisten- y reflejo, por tanto, de esa misma pluralidad natural que la envuelve.

"¡Viva Malta!"

Carmen de Alvear, que no estaba precisamente en su ambiente, defendió con gallardía sus posiciones frente a algún que otro desaire de cierto sector del público asistente. Desaires como el encendido grito de "¡Viva Malta!", con el que alguien acogió un comentario de la dirigente católica a propósito de las graves dificultades creadas por el Gobierno de Dom Mintoff a la enseñanza de la Iglesia en la diminuta república.Laicismo, pluralismo, participación y democracia son aspectos diferentes de una misma dimensión de la escuela pública reivindicada por la Escuela de Verano de Madrid, para cuya materialización Acción Educativa propone una pedagogía que contemple al hombre en su integridad, en su condición de individuo y miembro de una comunidad social.

Finalmente, Acción Educativa cree que no tendría sentido una escuela pública cuya vida entera no estuviese asentada sobre una metodología activa. Metodología activa y globalización ha sido precisamente el tema general de discusión durante los intensos días de trabajo de la décima EVM, transcurridos entre el 3 y el 13 de julio.

Los participantes en ella no han querido, en contra de lo que se acostumbra en estos casos, definir, en forma de un recetario más o menos largo de conclusiones, cuáles son las características definitorias de la escuela activa. Pero la renuncia a redactar unas conclusiones formales y, en todo caso, la remisión de las mismas al resultado de un seminario permanente sobre el tema no han impedido advertir cómo la cuestión de la pedagogía activa ha sido muchas veces mal entendida y, en ocasiones, manipulada intencionadamente. De este modo, resultaba más fácil descalificar el modelo de escuela pública, pluralista y democrática, en que la pedagogía activa se asienta. De ahí la importancia que adquiere la distinción entre un activismo huero, sin objetivo pedagógico, y la verdadera pedagogía activa, que implica una escuela verdaderamente científica, interdisciplinar, abierta al entorno, integrada en su medio y propiciadora de un comportamiento creativo e investigador.