Una experiencia pedagógica original

Los rasgos de la escuela pública, un concepto esencialmente diferente al de escuela estatal y, desde luego, al de escuela privada, fueron diseñados en el manifiesto del Colegio de Licenciados de Madrid de 1975. Simultáneamente a aquel manifiesto, inicialmente denominado Una alternativa para la enseñanza, hubo otras propuestas para la reforma en profundidad de los objetivos y métodos de la enseñanza, auspiciados por colectivos de tanta trascendencia para la renovación de la escuela en España como el catalán Rosa Sensat.La asociación de maestros Rosa Sensat fue la creadora de la Escola d'Estiu, que el pasado viernes concluyó en Barcelona su vigésima edición, también con un documento sobre la escuela pública. Esta asociación fue la pionera tanto de la inmensa mayoría de los colectivos de renovación pedagógica como de las escuelas de verano.

Las escuelas de verano se han convertido en una peculiar modalidad de formación permanente del profesorado netamente española, puesto que no existe en toda Europa una corriente de renovación pedagógica semejante. Cada año, en las primeras quincenas de julio o de septiembre, alrededor de 50.000 profesores intercambian en ellas experiencias en la línea de una pedagogía activa, en perpetua revisión y reflexión sobre sí misma, y actualizan sus conocimientos didácticos, psicológicos y pedagógicos, así como los contenidos teóricos de las diversas áreas de aprendizaje de la escuela.

Inicialmente, las escuelas de verano estuvieron reducidas al ámbito de los maestros de las escuelas infantiles y de enseñanza primaria, pero posteriormente se han ido sumando a ellas los profesores de formación profesional y de bachillerato, cada vez en mayor número, desmintiendo así la tópica imagen de un profesorado de enseñanzas medias supuestamente varado en una concepción de la enseñanza meramente instructiva y ajeno a la educación en su más profundo sentido.