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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La 'huelga japonesa' contra 'farmacias hungaras'

La huelga de las farmacias contra la ley del Medicamento está destinada a la defensa de los intereses comerciales, y no los intereses profesionales de los farmacéuticos. Ésta es la idea central que exponen las autoras del artículo, en el que, si bien expresan reservas serias al anteproyecto de ley, se manifiestan frontalmente contra la acción convocada ayer por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.

Acaba de salir a información pública el anteproyecto de ley del Medicamento. Con este motivo se ha iniciado una campaña en contra por parte del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCF), cuyo paso inicial es .la anunciada huelga a la japonesa para ayer, 11 de julio, para evitar, en frase de sus organizadoes, la reconversión a la húngara de las farmacias españolas. Aparte de esta nomenclatura más o menos grotesca, esta campaña esconde la enorme paradoja de defender primordialmente los intereses comerciales del medicamento bajo la apariencia de estar defendiendo los intereses profesionales de los farmacéuticos. Siendo la defensa de ambas cosas perfectamente lícita, no parece ético utilizar a 15.000 farmacéuticos para defender un sistema de fabricación, distribución y dispensación de medicamentos en el que los únicos intereses constantemente ignorados y conculcados son los de los farmacéuticos de oficina en cuanto profesionales sanitarios. No es tampoco defendible la imagen del boticario aconsejando a sus clientes como un bien sanitario inmenso que "los pobres ciudadanos españoles van a perder" si el anteproyecto sale adelante. El gran valor social que supone la relación típica que se puede establecer hoy en cualquier oficina de farmacia entre el paciente y el profesional sanitario, en medio de una sociedad apresurada e incomunicada, no exime a dicho consejo de tener un contenido racional y científico que siempre debe definir cualquier acto profesional farmacéutico. Aparte este consejo racional y científico, la comprobación del uso adecuado de los medicamentos y la vigilancia de posibles interacciones o contraindicaciones en tratamientos complejos son actividades difícilmente compatibles con la remuneración exclusivamente basada en el margen comercial del medicamento vendido.Este tema del cambio en el modo de remuneración del profesional que dispensa medicamentos, problema de actualidad en Estados Unidos y en el Reino Unido, por ejemplo, es contemplado en el denostado anteproyecto, y sin embargo para nuestra corporación el sistema de remuneración vigente es "el menos malo de los sistemas que se pueden aplicar", aunque también sea obvio que es el que fomenta mejor el mayor consumo de medicamentos. Otro tema que se aborda en el anteproyecto es el de la modificación en el sistema de acceso a la propiedad de las oficinas de farmacia. En la actualidad el farmacéutico que quiere tener acceso a la titularidad de una oficina de farmacia ha de hacerlo mediante una subasta encubierta, con puja al alza, ya que prácticamente está cerrado el cupo de farmacias posibles en España. El valor del traspaso de los establecimientos está incrementado hasta límites muy altos en razón de la limitación que el Estado impone a las aperturas de nuevas farmacias; es obvio entonces que lo que se está tras pasando es el derecho a encontrar un hueco en el paisaje urbano o rural apto para ejercer como farmacéutico, derecho que la generación que ahora tenemos entre 40 y 50 años pudimos ejercer de forma relativamente fácil y que no parece justo impedírselo a los que ahora tienen 25, mediante la especulación económica de una situación que nadie ha adquirido por méritos propios y que el Estado mantiene en interés de otras consideraciones sociales ajenas por completo al aprovechamiento patrimonial de los farmacéuticos. Es indudable que la nueva ley debería contemplar la situación igualmente injusta en que se encontrarían los farmacéuticos que en estos últimos años han invertido cantidades quizá no rentables en adquirir su puesto de trabajo, si esta reforma se lleva a cabo.

Limitación de medicamentos

El tercer tipo de problemas, que supone también duras críticas al anteproyecto por parte de la corporación, lo forman hechos tales como la limitación de medicamentos que dispensar con cargo a la Seguridad Social y la asignación de farmacias más o menos fijas a los usuarios (en frase de la corporación, "cupos de cartillas"). "Estos son dos temas muy discutibles desde el punto de vista del usuario, pero no tan húngaros como algunos desean. El Gobierno de la señora Thatcher acaba de limitar en el Reino Unido la dispensación de medicamentos con cargo a la Seguridad Social, y es un ejemplo más de los temas de debate actuales en los países de la CEE. ¿Dónde está el límite de bienestar exigible y garantizable? ¿A qué precio económico y cultural?

Respecto a la asignación de pacientes a cada farmacéutico, tenemos que decir que se está aplicando con éxito en Holanda -que aunque con H tampoco es Hungría- y que creemos que es un requisito bastante útil para llevar a cabo eficazmente la labor profesional de seguimiento del paciente, redundando en importantes ventajas para éstos y para el desarrollo de la profesión, y que, por último, la asignación de pacientes a farmacias puede ser perfectamente voluntaria y no inevitablemente dictada, como parece sugerirse.

Sin embargo, el borrador presentado por el ministerio a la información pública, aunque apuntando a estas vías de reforma, no es en absoluto el ideal, adolece de ambigüedades legalmene peligrosas y tal como está redactado corre el riesgo de ser inoperante e inadecuado a la realidad de la farmacia española, consecuencia, creemos, de haber ignorado a los farmacéuticos de oficina en la comisión elaboradora del anteproyecto, pudiendo incluso llegar a ser un obstáculo para la modernización de la farmacia española.

Del otro lado nos encontramos con que en un momento histórico lleno de posibilidades de cambio, que los farmacéuticos deberíamos aprovechar, la actitud de CGCF se caracteriza porque evita profundizar en los debates antes apuntados, rechaza cualquier vía de reforma y todo ello lo recubre con verdades a medias, llenas de paternalismo, y una terminología de vídeo-juego: "fármacia a la, húngara-huelga a la japonesa". Al no defender otra alternativa más que la que hay está defendiendo la perpetuación de una farmacia inadaptada e incapacitada para responder a las exigencias de la sociedad actual, situación generadora de la frustración que impulsa al absentismo profesional a muchos de los mejores farmacéuticos españoles.

Flor Álvarez de Toledo Ana María Llavona y Ana María Asensio son farmacéuticas.

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