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Greenpeace realizará una expedición a la Antártida para salvar su ecosistema

El próximo septiembre saldrá del puerto de Hamburgo (República Federal de Alemania) una expedición de la organización ecologista Greenpeace que llegará a la Antártida dos meses más tarde. El objetivo de Greenpeace, que instalará una base científica en el mencionado continente, es cumplir los requisitos para "ser miembro del Tratado de la Antártida y poder salvaguardar su frágil ecosistema", según informó la barcelonesa Laura Mitrani, doctora en Medicina, que formará parte de la expedición.

El coste de esta expedición de Greenpeace, compuesta entre 15 y 35 personas, es de un millón de dólares (alrededor de 175 millones de pesetas). Sólo cuatro miembros de este equipo pasarán el invierno en la estación científica que la expedición montará en la Antártida para realizar un estudio sobre el impacto de la acción del hombre en ese continente.Sin embargo, el objetivo político de Greenace es lograr, a partir de la instalación de una base científica, cumplir los requisitos que le darían derecho a solicitar su participación en el Tratado de la Antártida, como parte consultiva, y poder incidir así en el presente y futuro de ese continente. De conseguir ese propósito, Greenpeace sería la primera organización no estatal que formaría parte de ese tratado. "Greenpeace está promoviendo un Manifiesto de la Antártida que contemple una declaración de principios sobre la gestión de la misma y suponga una completa protección del medio ambiente", explicó a este diario Laura Mitrani, de 28 años, una de los dos miembros españoles que formarán parte de la expedición de Greenpeace.

Greenpeace pretende también llevar a término una campaña de denuncia de los ataques que el hombre está llevando a cabo en ese continente helado, y, sobre todo, evitar que en un futuro inmediato los "intereses de los Gobiernos en las riquezas naturales de la Antártida provoquen una situación irreparable", señaló Mitrani.

El 'oro negro'

Actualmente, 16 países son miembros consultivos del Tratado de la Antártida y otros 18 son miembros no consultivos. De estos últimos, seis de ellos se adhirieron entre 1983 y 1984. Para Greenpeace, este interés por la Antártida tiene como objetivo la explotación mineral del continente, en especial del petróleo.Una explotación petrolífera sería, según dicha organización, un desastre para la Antártida ya que los posibles accidentes de escapes del oro negro supondrían un vertido del mismo durante meses bajo la capa de hielo helada, hasta lograr su control. Pero, además, la explotación petrolífera en alta mar requeriría instalaciones en las escasas zonas libres de hielo situadas en la línea costera, donde, precisamente, habita más profusamente la fauna antártica.

Greenpeace cuenta para esta expedición de un remolcador transoceánico, denominado Gondwana, que está siendo reconvertído en Amsterdam. Al buque se le añadirá un suplemento para poder transportar un helicóptero.

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