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Luigi Lucchini, presidente de los empresarios de Italia, presunto evasor de capitales

Juan Arias

Luigi Lucchini, presidente de Confindustria, la asociación nacional de empresarios privados italianos, ha recibido, junto con su hijo Giuseppe, una citación judicial por presunta evasión de capital. La requisitoria estaba firmada por el magistrado milanés Pier Luigi dell'Osso, que actúa como fiscal en el caso de la quiebra del antiguo Banco Ambrosiano.

El delito señalado por la magistratura es el de exportación ilegal de divisas al extranjero, y no ha faltado quien ha pensado enseguida que la diligencia judicial constituye una venganza contra el empresario: el pasado día 10, Confindustria anuló unilateralmente la escala móvil salarial, creando así un grave problema a los sindicatos.Por su parte, Lucchini -conocido como el rey del tondino (tornillo) por ser sus empresas, del grupo Brescia, las que producen piezas de acero para toda una amplia gama de maquinarias- se ha declarado "sorprendido y estupefacto", y ha afirmado que "tiene plena confianza en los jueces".

Los jueces de Milán no se han limitado a enviarle una orden judicial, sino que además movilizaron el lunes a 90 guardias del Ministerio de Finanzas para registrar su casa, la de su hijo y todas las oficinas de sus empresas y las de la sede central de Confindustria en Roma. Según los observadores, los hechos muestran que los jueces tienen en sus manos algo más que suposiciones.

Toda la operación nace de las investigaciones realizadas por tres magistrados de Milán, los mismos que hoy acusan a Lucchini, en los paraísos fiscales de las Bahamas, concretamente en el Banco Overseas de Nassau, a raíz de la quiebra del Banco Ambrosiano.

Miembro del Consejo de Administración de esta última empresa fue el arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, el presidente del banco del Vaticano.

A través de aquel banco de Nassau -en cuyo aeropuerto hizo una escala técnica el avión del papa Juan Pablo II durante su primer viaje a Santo Domingo y México- el Vaticano y Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano, habían llevado a cabo toda una serie de operaciones ambiguas a las que más tarde se achacó en parte la responsabilidad de la quiebra del Ambrosiano y de la trágica muerte de Calvi.

Lucchini había sido accionista del Ambrosiano y de la importante financiera La Central, también controlada por Calvi. La hipótesis de delito financiero se refiere a los años 1981 y 1982. Según las informaciones de la Prensa de ayer, se trata de una exportación global ilícita de 20 millones de dólares (unos 3.400 millones de pesetas).

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