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Los 100 días de Gorbachov

La aparición en el Kremlim de un líder nuevo, relativamente joven, enérgico, bien instruido y dotado de sentido del humor ha provocado muchos comentarios y pronósticos en el extranjero. El nombramiento de Gorbachov fue recibido también con esperanzas en casi todos los círculos de la sociedad soviética. Cien días, por supuesto, son un plazo demasiado corto para el hombre bajo cuya dirección nuestro país va a llegar posiblemente no sólo a la década de los noventa, sino también al año 2000. Teniendo en cuenta la edad y el estado de salud de Gorbachov, no le hace falta tener prisa. Tampoco puede actuar lentamente, si tenemos en cuenta el estado de los asuntos en el país y la proximidad del congreso ordinario del partido.En Occidente, cuando todavía era invierno, a Gorbachov le llamaban "el heredero" o el "príncipe heredero". Pero el Estado soviético no es una monarquía ni tampoco una democracia presidencial. En las condiciones del sistema soviético de partido único el líder hereda solamente el cargo y no la influencia ni el poder del líder anterior. La influencia y el poder tiene que obtenerlos en el curso de las actividades políticas complicadas con los elementos de la lucha política. Él puede cambiar rápidamente a sus ayudantes personales, pero no a los miembros del Politburó ni del secretariado, y tampoco a otros destacados activistas de la Administración del partido y el Estado.

La base política

Hay que subrayar que en este sentido Gorbachov ha hecho bastante utilizando hábilmente tanto los resultados de la enérgica aunque corta actividad de Andropov como el malestar producido por la actividad indolente y poco destacada de Chernenko. Ya en abril de 1985, en el pleno del Comité Central del PCUS, fueron elegidos como miembros del Politburó Ligachev, Rischkov y Chebrikov, cuyo ascenso político había sido fuertemente impulsado por Andropov. Con el apoyo final de Aliev, Vorotnikov, Gromiko y otros, Gorbachov pudo asegurarse ya hoy una firme base política en los centros dirigentes del partido, que no habían tenido ni Breznev en 1982, ni Andropov en 1983, ni Chernenko en 1984.

Los cambios en los niveles más bajos de la jerarquía del partido y del Estado fueron menos significativos. Algunos de los secretarios regionales del partido fueron ascendidos a puestos de más responsabilidad, y se nombró un nuevo ministro de Energía de la Unión Soviética. Fue cesado de su cargo el vicepresidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética, Ii Bodiul. Este hombre, de 66 años de edad, amigo de Breznev, ha sido enviado no hace mucho a la jubilación sin haberle agradecido los servicios prestados. Gorbachov no tiene ninguna necesidad de apresurarse efectuando cambios en las direcciones regionales y de los ministerios, pues el próximo 17º Congreso del PCUS dará la posibilidad de prepararlos y ponerlos en práctica de un modo más lógico y menos doloroso. No todos esperan con tranquilidad la apertura de este congreso. Está a punto de concluir no sólo el año 1985, sino también el quinquenio. Muchas ramas de la economía nacional y muchas regiones, comarcas y repúblicas, no han logrado cumplir con éxito el plan quinquenal. Los ritmos de desarrollo de la economía en los años 1981-1985 han sido muy bajos.

En su discurso de Leningrado, que llamó la atención universal, Gorbachov declaró sin reservas que todos, desde los simples trabajadores a los ministros y el mismo secretario del Comité Central del PCUS deben trabajar más y mejor, y los que no son capaces de hacerlo, por edad o por incompetencia, tienen que dejar el camino libre a los más jóvenes y capaces. Estas directivas van a ser fundamentales para elegir a los delegados al congreso del partido y en las reuniones electorales en todas las organizaciones del partido en el otoño y el invierno de 1985-1986, al igual que en las elecciones del nuevo Comité Central del PCUS.

El pleno de abril convocó el 272 Congreso Ordinario del PCUS para finales de febrero de 1986. El discurso de Gorbachov sobre las tareas relacionadas con la preparación y realización del congreso se puede considerar como una versión previa del programa de la nueva dirección. Sin entrar en detalles, el orador declaró claramente que nuestro país, especialmente su economía, requieren grandes cambios, incluso reformas. Después del pleno de octubre de 1964, se esperaba de Breznev el cese del gran torrente de reformas y organizaciones que abundaron en la época de Jruschov. Después de 20 años de "estabilidad" y de 10 años de "placidez", nuestro país espera de nuevo cambios y reformas, y Gorbachov anunció claramente que estos cambios se producirán de forma coherente y sin concesiones.

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Si pasamos de las expectativas, promesas, programas y planes a los hechos concretos, los cambios no son grandes, pero su orientación es bastante significativa. En el año 1953, G. Malenkov adquirió rápidamente popularidad anunciando la rebaja de los impuestos sobre las parcelas de tierra de obreros y empleados y la anulación de todas las deudas. En 1964 Breznev declaró, inmediatamente después del pleno de octubre, la anulación de todas las limitaciones a la economía auxiliar de obreros y empleados, que había sido introducida en los últimos años de la dirección de Jruschov. En el año 1953 la población rural superaba a la urbana, pero hoy en las ciudades vive dos veces más gente que en el campo. Sin embargo, la afición a la tierra entre los habitantes de las ciudades se ha conservado y se refleja en la creación de centenares de miles de cooperativas de jardines y huertas, donde los obreros y campesinos construyen en su tiempo libre con gran trabajo pequeños jardincillos, huertas y casitas. Ya en el invierno de 1984 se aprobó con este motivo una disposición del Gobierno donde la mayoría de palabras hacía referencia a "prohibir", "limitar", en lugar de "permitir" y "ayudar". Pero en abril de 1985 el Polítburó discutió dos veces el problema de la ayuda multilateral a las cooperativas para la construcción de casas, el transporte, la entrega de nuevas tierras, etcétera. Fueron adoptadas también resoluciones para ayudar a la población a construir garajes y reparar viviendas. La considerable ampliación de la esfera de servicios, contemplada en las disposiciones del Comité Central del PCUS, es algo ventajoso no sólo para la población, sino que además crea importantes fuentes de ingresos en el presupuesto estatal.

Las pensiones

En 1956 Jruschov y Bulganin fortalecieron su popularidad con una considerable subida de las pensiones de obreros y empleados. Pero durante los 29 años pasados desde entonces el coste de la vida en nuestro país subió mucho y muchas pensiones y subsidios resultan demasiados pobres. Mediante una disposición especial, se han incrementado considerablemente las pensiones de invalidez en compensación por la pérdida del soporte familiar, así como las pensiones de vejez de los koljozianos y a los individuos sin recursos. Se plantea también la ampliación considerable de la red de asilos para los ancianos e inválidos.

Abogando activamente por la intensificación de la producción y la puesta en práctica de la nueva tecnología, Gorbachov ha llamado la atención sobre los bajos salarios de los ingenieros y técnicos, lo que lleva consigo la disminución del prestigio de su trabajo entre la juventud. En mayo de 1985 se ha tomado la decisión de elevar sus sueldos, lígándolos más estrechamente con el carácter y la responsabilidad del trabajo realizado.

En algunas de sus intervenciones, Gorbachov criticó la manera de funcionar de la economía soviética y los ritmos de su desarrollo e intensificación. En estos tres meses se adoptaron ya importantes resoluciones sobre el desarrollo de la industria local, orientada generalmente a la producción de bienes de consumo. Asimismo, se han tomado resoluciones sobre el mejoramiento de la construcción básica y el desarrollo de la industria de combustibles y de la energía eléctrica, el mejoramiento de la calidad de la producción, la aceleración del progreso científico-técnico y el desarrollo más rápido de la electrónica.

Nuestra economía requiere, sin embargo, unas reformas más profundas que afecten a todo el sistema de dirección y de gestión, unas reformas que aumenten el volumen y la importancia de los estímulos económicos y que reduzcan las regulaciones administrativas. Hace falta disminuir el sistema de la planificación centralizada en detalle y ampliar los derechos de las empresas y el papel del mercado, así como la importancia de la iniciativa privada en todos los niveles de la economía. Gorbachov y su equipo han anunciado clara mente que todas las propuestas de reforma van a ser estudiadas.

La firme campaña para el fortalecimiento de la disciplina iniciada en tiempos de Andropov había perdido fuerza en 1984. Gorbachov también ha actuado como el continuador de este programa de Andropov, imprimiéndole un nuevo carácter. El mayor eco en el país y en el extranjero ha sido provocado por la campaña de erradicación del alcoholismo y de la producción de destilados caseros. Huelga comentar el carácter negativo de la bebida y mucho más del alcoholismo crónico. En nuestro país estos vicios aumentan de una década a otra y han sido una de las causas de la disminución de las expectativas de vida humana, del aumento de los accidentes laborales y de los accidentes de tráfico, así como de la cantidad de niños con defectos congénitos y el crecimiento de la delincuencia. Continúa también la lucha contra la corrupción, especialmente en el comercio y la enseñanza superior.

Durante los tres meses pasados la atención de Gorbachov se ha centrado, con todo, en varios problemas ideológicos y culturales. Al visitar junto con su esposa, Raiza M. Gorbachova, los teatros de Moscú y Leningrado, Gorbachov ha elegido obras clásicas de A. N. Ostrovski y de A. Chejov. Con el pretexto de estar ocupado, Gorbachov se ha negado a recibir al redactor jefe de Literaturnaya Gazeta, A. Chacovski, y al redactor jefe de la revista Ogonek, A. Safronov, considerados como activos conservadores. Pero Gorbachov ha aplazado también el encuentro con el director del teatro Mjat, O. Efremov, que representa el ala liberal de los intelectuales soviéticos. "Tenemos que encontrarnos", dijo Gorbachov a Oleg Efremov por teléfono, "pero déjeme primero poner en marcha esta rueda".

A Gorbachov le ha correspondido cerrar la campaña de solemnidades conmernorativas con motivo del 40º aniversario de la victoria sobre la Alemania hitleriana. El discurso de Gorbachov en la reunión solemne del Kremlim es un producto colectivo del aparato del comité central y yo no veo base alguna para analizar en detalle este documento. Para mí lo más importante no fue lo que hubo hecho o dicho Gorbachov, sino lo que se aplazó. Quiero decir, el proyecto de devolver a la ciudad de Volvogrado su nombre anterior de Stalingrado. Me refiero también al proyecto de bautizar con el nombre de Stalin a uno de los barrios de Moscú. Para nadie es un secreto que mucha gente aprovechó las solemnidades conmemorativas con el fin político de recordar una vez más los "grandes méritos" de Stalin en la guerra patria, sin hablar de los errores, fracasos y crímenes de Stalin, que hicieron nuestra victoria tan difícil y costosa.

El proceso de devolución del nombre de Stalin a la ciudad de Volvogrado se aprobó en tiempos de Chernenko y fue apoyado por la mayoría de los veteranos de la guerra y habitantes de la ciudad a las orillas del Volga. Pero Gorbachov, que en su calidad de delegado del 22º congreso del PCUS votó a favor de una resolución antistalinista, desilusionó evidentemente a nuestros stalinistas todavía influyentes.

Los cambios más notables sucedidos en el Kremlim son de estilo y manera de actuar. El estilo se ha hecho más simple y democrático. La manera de actuar de Gorbachov está lejos del aplomo y el humor brutal de Jruschov, y también de la seguridad de Breznev. Todo indica que Gorbachov llegará a ser, por lo visto, el primer líder soviético para quien la televisión será una compañera y no una enemiga. Cuando en el pasado Breznev leía con gran dificultad simples palabras rusas, la mayoría de los soviéticos desconectaban sus aparatos de televisión. La mayoría de los soviéticos acogió la elección de Gorbachov con satisfacción. Este apoyo ha crecido en los tres meses pasados. Pero hace falta no solamente poner en marcha nuestro país, sino también asegurar su dirección en un sentido correcto.

Roy Medvedev es historiador y marxista heterodoxo. Vive en Moscú.

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