Mensajes desde el pavor
Los rehenes del Boeing 727 enviaron ayer un mensaje al presidente norteamericano, Ronald Reagan, en el que le pedían que no ordene ninguna intervención militar para lograr su rescate."Presidente Reagan:
Nosotros, los abajo firmantes, los 32 rehenes a bordo del vuelo 847, escribimos con libertad y no bajo presión. Le imploramos que no tome ninguna acción militar directa en nuestro nombre.
Negocie, por favor, rápidamente nuestra inmediata libertad y persuada a los israelíes de que liberen a 800 prisioneros libaneses como se ha pedido.
Respetuosamente".
También el cantante pop griego Demis Roussos, uno de los rehenes, pidió, mediante un mensaje grabado en una cinta magnetofónica, a todos los Gobiernos implicados en el caso "que adopten alguna acción pacífica para acabar con este secuestro ( ... ) En el nombre de la música y la paz, os quiero a todos y haced algo pacífico y bonito", dijo. Demis Rousos figuraba ayer entre los pasajeros secuestrados, a pesar de que el día anterior se le diese, por error, como uno de los que fueron puestos en libertad. "Somos tratados bien", añade el cantante en su mensaje.
La cuestión del trato a que han sido y son sometidos los rehenes ha generado declaraciones contradictorias. Mientras unos acusan a los secuestradores de haberlos golpeado y torturado, además de haber asesinado a uno de los viajeros, otros aseguran que el trato ha sido todo lo correcto que permitían las circunstancias.
La norteamericana Agnes Leber, una mujer de mediana edad, madre de tres hijos, liberada en Argel, dice que uno de los secuestradores le golpeó "en la parte trasera del cuello" mientras estaba inclinada sobre sus rodillas. "Estuve en esa posición cuatro horas, El secuestrador se puso a mi lado y me golpeó, sin más", agregó.
"Yo no fui maltratada", señala, sin embargo, Marcia, de 38 años de edad, que fue puesta en libertad junto con sus dos hijos, pero que tenía ayer aún a su marido en poder de los piratas del aire shiíes.
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