Expertos españoles crean una nueva galleta para poblaciones desnutridas

El Movimiento 0,7% para la Cooperación con el Tercer Mundo, organización no gubernamental con sede en Barcelona, ha encargado la producción de unas 200 toneladas de unas nuevas galletas, harinas y cortezas expandibles de alto valor nutritivo creadas por un equipo de técnicos españoles para tratar de resolver el problema alimentario de las poblaciones desnutridas. Estos alimentos serán enviados a algunos campos de refugiados de Etiopía para paliar los efectos del hambre y la sequía. La fórmula de estos productos constituye una importante novedad que será ofrecida a las organizaciones de otros países por si quieren canalizar sus ayudas mediante este alimento.

El estudio de los nuevos productos fue encargado al grupo de expertos por la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales de Ayuda al Desarrollo, organismo integrado por UNICEF, Justicia y Paz, Manos Unidas, Medicus Mundi, Movimento 07%, Ayuda en Acción, Cáritas, IEPALA e Intermón. La coordinadora había recaudado algo más de 65 millones de pesetas en su campaña de ayuda a Etiopía y se planteó que la forma de obtener el máximo rendimiento de esta ayuda, modesta en relación a la gravedad del problema, era precisamente estudiar la fórmula de un nuevo alimento que resolviese los problemas alimentarios de la población refugiada en los campos etíopes.Los doctores Juan Manuel Romaní y Luis García-Ramos, presidente éste último del Movimiento 0,7%, realizaron los estudios necesarios para lograr la fórmula adecuada, con el asesoramiento de los doctores Roberto Xalabarder y Laura Lorente, expertos en nutrición y dietética.

"El alimento debía superar las deficiencias que presentan los productos que hasta ahora podían encontrarse en el mercado, que son productos básicamente energéticos" ha manifestado Luis García Ramos. "En consecuencia, debía ser un producto equilibrado, que incorporase las dosis adecuadas de energía, proteínas, vitaminas y minerales, con el que poder afrontar correctamente las situaciones definidas como Protein Energy Malnutrition (PEM), que se presentan en poblaciones con carencias nutritivas prolongadas".

El resultado de la investigación ha sido un producto que contiene una mezcla de harina de trigo, gluten y proteínas de refuerzo (la sustancia que más precisa la población etíope afectada por el hambre) tanto de origen animal como vegetal, conseguidas mediante el procesamiento de carnes, soja y caseína. Estos componentes son especialmente importantes ya que la carencia de energía y proteínas provoca dos de las enfermedades más extendidas entre la población infantil del tercer mundo, la enfermedad de kwashiorkor y la del marasmo, que en el caso concreto de Etiopía adquieren proporciones epidémicas.

La enfermedad de kwashiorkor se caracteriza por una gran apatía, anorexia (falta de ganas de comer) y caída de pelo. Los niños marásmicos son aquellos que aparecen consumidos, en una situación de extenuación extrema, tienen la piel pegada a los huesos y sufren envejecimiento prematuro y una permanente sensación de hambre.

Minerales y vitaminas

El contenido mineral también ha sido estudiado para suplir deficiencias concretas y está compuesto por hierro, yodo, potasio, magnesio, calcio, fósforo, flúor, cobre y cinc. La presencia del hierro y el yodo en una proporción elevada está destinada a paliar las carencias que sufren los niños después del destete y en la primera infancia por falta de alimentos adecuados a las necesidades del crecimiento, El cinc y el cobre intervienen en la, formación de la sangre y han sido incorporados con la misión concreta de favorecer la cicatrización de las heridas, ya que la falta de condiciones higiénicas de los campamentos provoca infecciones que es importante evitar.El nuevo producto contiene una importante dosis de vitaminas A y D, especialmente indicadas para combatir la seroftalmia (pérdida de visión) y la ceguera nocturna, enfermedades también muy frecuentes en las poblaciones desnutridas. La carencia de Vitamina B provocan enfermedades como la pelagra y el beriberi, por lo que también ha sido incorporada. Finalmente, la vitamina C debe reforzar las defensas del organismo.

Esta composición sigue las recomendaciones efectuadas en 1984 por la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura) sobre. los alimentos esenciales que deben aportarse a las poblaciones en situación de emergencia por desnutrición.

Resolver los problemas del proceso de producción no ha sido fácil. La dificultad principal ha sido lograr la coexistencia de productos incompatibles, como el cobre y la vitamina C, o la sensibilidad de algunas vitaminas liposolubles a la luz. Ambos problemas se han resuelto protegiendo las vitaminas en microgránulos, una especie de grageas diminutas que se incorporan por espolvoramiento en la última fase del proceso productivo para evitar los efectos del calor.

Aparte de sus cualidades alimenticias, estos productos presentan la gran ventaja de su fácil transporte y distribución. La dosis necesaria de cada uno de los tres alimentos es de 500 gramos en total por persona y día. El contenido energético es de 2.000 kilocalorías por ración en el caso de las galletas y la harina y de 2.300 kilocalorías en el caso de las cortezas expandibles. La proteína total asimilable es de 100 gramos, 70 de origen vegetal y 30 de animal.

El Movimiento 0,7% ha encargado ya la producción de unas 200 toneladas de estos productos en una proporción de 4 unidades de galletas, 2 de harinas y 1 de cortezas. El precio final de las galletas y la harina, a pie de fábrica, será de 150 pesetas el kilo y el de las cortezas de'220 pesetas. Pero lo que resulta más caro es su transporte, hasta Etiopía., Hacer Regar los alimentos hasta el campo de Makele, en el norte de Etiopía, al que está destinado el primer envío, costará aproximadamente unos 200 dólares por cada tonelada, lo que representa. aproximadamente 34 pesetas por cada kilo. La ración diaria costará 92 pesetas en el caso de las galletas y la harina y 127 en el caso de las cortezas.