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Reportaje:El egoísmo sanguíneo de los españoles

Se buscan donantes

El irrisorio número de quienes dan sangre, un tercio de los que se necesitan, cuesta vidas y dinero

En la ciudad sanitaria La Paz, de Madrid, las llamadas para conseguir donantes de sangre de todos los grupos sanguíneos se repiten constantemente a través de las emisoras. Nadie niega que se dan casos de personas que viven en el medio rural, e incluso en el urbano, y pueden llegar a fallecer por falta de sangre, aunque tampoco se puedan dar cifras. La descoordinación y la falta de sangre es una rutina diaria en España.

En importación de derivados de la sangre, un mercado prácticamente copado por multinacionales de Estados Unidos, España se está gastando 5.000 millones de pesetas anuales y ya han fallecido 10 hemofílicos españoles debido al SIDA contraído a través de la transfusión de hemoderivados importados, necesarios para su supervivencia. La cifra de transfusiones de sangre por cada 1.000 habitantes está, según los últimos datos de que se dispone, correspondientes a 1983, en 19 anuales; una cifra alejadísima de las 50 transfusiones anuales por cada 1.000 habitantes que considera mínima la Organización Mundial de la Salud (OMS) para asegurar las necesidades propias de cada país, cifra superada a su vez en el resto de los países europeos, excepto Portugal y Grecia.

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Noble entusiasmo

En medios no oficiales se culpa de la situación a la inactividad en estos últimos años de la Administración, heredera de una situación caótica en cuanto a coordinación de los bancos de sangre existentes y totalmente dependiente de las importaciones en cuanto al plasma. Se señala, por ejemplo, que la Seguridad Social ha ido descansando cada vez en las hermandades de donantes de sangre, organismos subvencionados que han ido asumiendo en las últimas décadas responsabilidades que no les corresponden, en medio de personalismos y patronazgos de la nobleza que difícilmente se corresponden con el carácter de problema sanitario nacional. Se señala también, sin embargo, que, probablemente, y dada la inactividad oficial durante décadas en torno a este tema, ni la cifra actual de donaciones se hubiera alcanzado a no ser por el entusiasmo demostrado por los donantes agrupados en estas hermandades, en las asociaciones de donantes y en la Cruz Roja.

En la dirección general de Planificación Sanitaria del Ministerio de Sanidad y Consumo, donde desde hace año y medio se trabaja sobre el tema, se aceptan las críticas, pero se señala que el problema no se ha agravado en los últimos años y que ni siquiera se disponía de datos suficientemente fiables sobre las cifras de donación para atacar la reorganización del sistema de hemodonación y hemoterapia. Esta reorganización se encuentra prácticamente ultimada, explica José Conde, subdirector general de Ordenación Funcional. Se fijará en un real decreto, desarrollado mediante un Plan Nacional de Hemoterapia, y en una orden ministerial.

Con esta reorganización, que se ha empezado a desarrollar ya en colaboración con las comunidades autónomas, a excepción de Cataluña, que ha procedido a una reorganización propia, se regula el funcionamiento de la donación y de los bancos de sangre. Se crea una figura nueva, el banco de sangre autonómico o regional, que supera el ámbito hospitalario y que coordina tanto la extracción de sangre como la plasmaféresis (extracción de plasma) y la fabricación de hemoderivados. Se trata de bancos públicos o pertenecientes a entidades benéfico-sociales sin ánimo de lucro, y se establece la obligatoriedad de que la donación sea altruista. Hasta ahora, casi el 99% de las donaciones era altruista, pero persistía un pequeño porcentaje de donación retribuida para obtener plasma.

Para la obtención de hemoderivados se está gestando un acuerdo marco con la industria farmacéutica, que termine con la situación actual de gran variedad de contratos entre cada banco de sangre y los laboratorios. Según fuentes oficiales, en España existen seis laboratorios capacitados para obtener estos hemoderivados, que podrían absorber fácilmente el plasma obtenido de donaciones cuando éstas aumenten.

La reorganización no alcanzará a las Fuerzas Armadas, que vienen cubriendo sus necesidades propias, e incluso colaborando con la población civil, mediante donaciones de sus miembros, especialmente de los jóvenes que realizan el servicio militar.

Además de esta reorganización, la Administración va a aco-

Se buscan donantes

meter campañas de mentalización de la población para aumentar las donaciones. Conde señala que lo más importante es la colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia para crear conciencia cívica en los niños de los niveles de EGB y BUP sobre la necesidad de la donación.Las venas están ahí

En esto se muestra de acuerdo el doctor Juan Picazo, director nacional del Programa de Sangre de Cruz Roja Española y uno de los mayores expertos en el tema. Picazo explica que en Francia, donde tienen sobradamente cubiertas las necesidades con donaciones propias, existe una asociación que agrupa a 90.000 enseñantes, que a su vez actúan sobre sus alumnos. Para Picazo la situación actual no tiene explicación racional porque "las venas de todos los españoles están ahí, y es mucho más fácil, higiénico y barato utilizarlas en provecho de nosotros mismos que recurrir a venas ajenas".

El Ministerio de Sanidad y Consumo, sin embargo, no se muestra tan partidario de campañas públicas de mentalización, y aduce el ejemplo de la última, realizada hace pocos meses a través de la televisión y que no ha dado los resultados apetecidos. "Expertos de otros países", explica Conde, "no creen que la televisión sea el medio idóneo para estas campañas, que en todo caso deberían ser muy sostenidas para dar resultado". Picazo tiene una opinión diferente, y considera muy importante dar importancia social al tema de la donación, con campañas, premios, distinciones y muestras de interés oficial. En lo que sí se muestran de acuerdo es en la eficacia de la descentralización, tanto en aspectos de organización como de mentalización, y cita el ejemplo de Navarra (ver recuadro adjunto).

En la actualidad, las donaciones se estructuran a través de la Cruz Roja, las Fuerzas Armadas, las hermandades provinciales de la Seguridad Social y las asociaciones de donantes, que existen en Navarra, Guipúzcoa, Alava, Aragón, Hospitales de la Santa Cruz y San Pablo y Clínico de Barcelona, Onteniente y Alcira.

El déficit mayor -una verdadera carencia- se produce en las necesidades de plasma para producción de hemoderivados, lo que da lugar a importaciones de productos obtenidos de donaciones retribuidas en países del Tercer Mundo sin control sanitario. En la actualidad existen técnicas para obtener las distintas fracciones necesarias de la sangre completa. Cuando una persona dona plasma, se le extrae la sangre, se aísla el plasma y se le vuelven a inyectar los glóbulos rojos.

La operación es algo más larga, pero las ventajas son múltiples para los receptores y el donante, ya que la sangre completa puede transmitir muchas más enfermedades que los hemoderivados. Los derivados o fracciones más importantes son las albúminas, la gammaglobulina, el factor VIII y los fibrinógenos. La mayor parte sufren una esterilización que impide que transmitan enfermedades como la hepatitis o el SIDA. El factor VIII que necesitan los hemofílicos sí puede transmitir el SIDA y se está experimentando con un factor VIII calentado, que resulta mucho más caro.(se necesita más plasma para obtener la misma cantidad), pero evitaría el riesgo.

El problema del SIDA

El reciente problema del SIDA del que en España ya se han contabilizado 29 casos, no se considera de gran magnitud, pero sí importante, y se compara con el planteado hace unos años por la hepatitis. Tanto el Ministerio de Sanidad como la Cruz Roja están estudiando la posibilidad de aplicar un test a las donaciones de sangre para detectar la sangre contaminada y evitar su transfusión. Esto encarecería mucho el proceso de donación, y las autoridades sanitarias van a proceder primero a un muestreo para ver si los casos detectados justifican la utilización del test.

El muestreo servirá también para establecer en qué medida se encuentra afectada la población española por esta enfermedad, que se sabe puede tener un largo período de incubación. En la actualidad, las pruebas realizadas rutinariamente en la sangre donada han llegado a evitar casi totalmente el contagio de hepatitis a través de la sangre, y los casos detectados son en su mayoría de un nuevo tipo, la no A no B.

Mientras tanto, las autoridades sanitarias han enviado una circular a todos los bancos de sangre para que den por escrito a los donantes unas recomendaciones en las que se pide que no se done sangre si se pertenece a algunos de los grupos de riesgo de tener la enfermedad (homosexuales y drogadictos fundamentalmente).

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