Yuri Ovchinnikov: "No se debe aplicar todavía la ingeniería genética en el hombre"
El bioquímico soviético es vicepresidente de la Academia de Ciencias de la URSS
"No soy partidario de aplicar la ingeniería genética en el hombre hasta que estemos totalmente seguros de los resultados", afirma el bioquímico soviético Yuri Ovchinnikov, vicepresidente de la Academia de Ciencias de la URSS, que visitó España para participar en un ciclo de conferencias, al tiempo que intenta "activar el intercambio científico con España, que nos parece muy importante, teniendo en cuenta que ocupa uno de los lugares más avanzados en la agricultura europea".
El científico ruso, de 50 años de edad, es presidente de la Asociación URSS-España y fue el miembro más joven de la Academia de Ciencias de su país cuando ingresó en ella, a los 31 años. También fue el más joven vicepresidente de la historia de dicho organismo, al ser nombrado cuando tenía sólo 35 años. En la actualidad, además de ocupar este cargo, es miembro del Presidium y también preside la Federación de Sociedades Bioquímicas Europeas.Los problemas éticos que plantea la manipulación genética son resaltados por Ovchinnikov, quien señala que, "aunque en la actualidad estamos en una fase de aplicación en plantas y animales y todavía no hemos llegado a humanos, las posibilidades son cada vez mayores y por eso deberá existir en el futuro un control internacional muy estricto".
El bioquímico ruso indicó que en la manipulación genética existe una doble vertiente. Por un lado una actividad muy humana, tratando, por ejemplo, de corregir defectos graves en los niños, cuando se descubren en una etapa precoz, "aunque creo que se debe probar mil veces en células humanas antes de aplicarlo al hombre".
En el otro extremo estaría "la interferencia en el organismo humano, en el sentido de intentar cambiar al hombre, modificar su carácter, etcétera, a voluntad de alguien, de la que estoy totalmente en contra. El hombre es un producto social; hay formas de educarlo, y ese es el camino que se debe seguir".
"Pienso que para resolver los problemas de la humanidad los científicos tienen que unir sus esfuerzos", dijo Yuri Ovchinnikov, resaltando la necesidad de salvar las barreras impuestas por la división en bloques y la creciente conversión de gran parte de la investigación científica en secreto militar. "Entiendo que algunos científicos tengan que trabajar en el terreno militar, pero en general esa no es la vía de la ciencia, sino el intentar resolver los problemas de la humanidad".
Interesan las aplicaciones agrícolas
Ovchinnikov, que dirige el Instituto Shemyakin de Química Biorgánica de Moscú, afirma que la Unión Soviética está en un nivel más alto que el de los países europeos en lo referente a bioingeniería y biotecnología, aunque reconoce que se encuentran un poco más atrasados que Estados Unidos, concretamente en las aplicaciones agrícolas, "que es el problema principal que estamos tratando de superar"."Estamos tratando de crear diferentes plantas resistentes al clima de nuestro país, utilizando esta tecnología celular. Nos interesan fundamentalmente las leguminosas. Pero vamos algo atrasados en comparación con Estados Unidos, debido, fundamentalmente, a nuestras condiciones climáticas. Comparándolo con las condiciones ideales de un vivero, sólo un 1% de nuestro suelo tiene esas características", dice Ovchinnikov, y añade que se están haciendo grandes esfuerzos para superar este problema, que tiene difícil solución, debido a que "los elementos de las plantas que marcan características tales como la resistencia al frío no se encuentran en un solo gen, sino en varios".
En donde han conseguido grandes avances es en la producción de ginseng, cuyas raíces se utilizan como revitalizante y que es una planta cuyo uso está muy extendido en la URSS. "Aritiguaniente conseguíamos cerca de 200 kilos de estas raíces al año y ahora, utilizando el método de producción de células de ginseng, producimos más de 20 toneladas", dice Ovchinnikov, y añade que "con el trigo es más complicado, no se rinde tan fácilmente".
Ovchinnikov indicó que en la URSS se han realizado importantes progresos en las aplicaciones biotecnológicas en lo referente al diagnóstico de enfermedades en animales y plantas en su etapa inicial, utilizando hibridomas. Por otra parte, señaló también la producción de interferones y la vacuna contra la hepatitis B, que se produce ya, al tiempo que se investiga la de la hepatitis A.
Respecto al cáncer, dijo que "no existen grandes sorpresas, desgraciadamente. Estamos al mismo nivel que en el resto del mundo. Se conoce bien la naturaleza de esta enfermedad pero no la forma de luchar contra ella. Nosotros estamos tratando de hacerlo mediante su detección".
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