Mitterrand revive los horrores del exterminio nazi
El presidente de la República Francesa, François Mitterrand, conmemoró ayer el del aniversario de la liberación de los campos de exterminio nazis visitando el único que fue instalado en suelo francés, Struthof, a 20 kilómetros de Estrasburgo, muy cerca de la frontera alemana. La jornada de recuerdo, que se celebró solemnemente en toda Francia, quedó ensombrecida por un violento incidente en Besangon, al este del país, cuando antiguos deportados agredieron brutalmente a un pequeño grupo de homosexuales que pretendía depositar una corona de flores ante el monumento a las víctimas del nazismo.
El aniversario de la liberación de los campos de concentración estuvo rodeado de una gran emotividad. Las autoridades francesas han querido revivir en la memoria de sus ciudadanos la estremecedora realidad del exterminio nazi y han contado para ello con la colaboración entusiasta de gran número de organizaciones de defensa de los derechos humanos y antirracistas, indignadas por la visita del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, al cementerio de Bitburg, en la República Federal de Alemania. La poderosa Federación de Judíos de Francia lanzó un llamamiento a todos los ciudadanos para que participaran en los actos conmemorativos y expresaran su "indignación y rechazo" por el gesto de Reagan. Miles de cartas de protesta han llegado ya a la Embajada estadounidense en París.El presidente Mitterrand no se ha pronuncido oficialmente sobre la oportunidad de la visita de Reagan, pero el hecho de que acudiera ayer al campo de Struthof se interpreta como una respuesta indirecta. En Struthof estuvieron recluidas 40.000 personas, 12.000 de la cuales perecieron en cámaras de gas. Mitterrand, en medio de una fuerte nevada, visitó los hornos crematorios y la zanja de las cenizas, donde se aventaron los resto de las víctimas.
Los actos conmemorativos se extendieron por toda Francia. En la avenida de los Campos Elíseos, de París, engalanada con centenares de banderas francesas, fue celebrado un gran desfile que finalizó ante la tumba del soldado desconocido.
El incidente de Besanlon
En ningún lugar se produjeron incidentes salvo en Besangon. El Colectivo de Homosexuales de la región solicitó participar en las ceremonias y formar parte del comité organizador, a fin de rendir también homenaje a los homosexuales exterminados por la locura nazi: entre 200.000 y 400.000 personas.Jean Petiteau, presidente de la Unaduf, la organización más importante de deportados e internados franceses, se negó a autorizar su presencia. En una carta enviada al presidente del colectivo, Petiteau afirmaba que no comprendía cómo "personas de esas características querían unirse a un acto patriótico". Petiteau llegaba incluso a señalar que no había comparación posible entre los deporta dos normales (heterosexuales) y los homosexuales, "que fueron enviados a los campos en castigo por su conducta desviada".
La sorprendente respuesta de los organizadores del acto no desanimó al Colectivo de Homosexuales. Un grupo de cinco jóvenes intentó ayer aproximarse al monumento a las víctimas del nazismo para depositar un ramo de flores, pero fue violentamente agredido por algunos miembros de Unaduf, que le arrancaron. el ramo y lo pisotearon. Gran parte de los asistentes al acto coreó a los agresores y se oyeron gritos de claro carácter nazi: "Debían haberlos exterminados a todos".
El incidente ha provocado fuerte escándalo y emoción. Medios próximos al Gobierno expresaron su disgusto e indignación y algunas asociaciones de defensa de los derechos humanos han anunciado ya su intención de realizar actos de desagravio en memoria de las decenas de miles de homosexuales que fueron gaseados por el régimen de Hitler.
"Es increíble que 40 años después de aquel holocausto haya todavía personas que son capaces de considerar un crimen la muerte de miles de judíos y un simple castigo la de otros miles de individuos cuyo único delito era no compartir la sexualidad de sus verdugos", afirmó el responsable del Colectivo de Homosexuales de Besangon.
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