España rechaza la propuesta de la CEE sobre los temas pendientes en la negociación

La cuota de producción de leche y de concentrado de tomate para España y las relaciones con América Latina fueron los dos escollos principales que impidieron ayer cerrar flecos que den vía libre a la firma del tratado de adhesión español a la CEE. "Tendremos que negociar la semana que viene" dijo al término de la reunión con la parte comunitaria el secretario de Estado, Manuel Marín, quien se quejó de la cicatería de la CEE.

Algunos de estos temas pasarán, pues, a ser discutidos el lunes y el martes, en Luxemburgo, por los ministros de Asuntos Exteriores de los diez, y no se excluye, aunque se da como poco probable, que el titular español, Fernando Morán, tenga que acudir a esa reunión o que se tenga que convocar un encuentro ministerial extraordinario.Hay que señalar que en este largo proceso de adhesión se está obligando a negociar a España -que en algunos casos se resiste- temas y detalles que en el caso del ingreso griego se resolvieron tras la firma del tratado. Ahora los españoles se lamentan de que la cuota de leche no fuera incluida en el paquete que llevó al acuerdo histórico del 29 de marzo.

En la leche, la CEE propone una cuota para España de seis millones de toneladas (4,7 millones de venta a las centrales lecheras, 700.000 toneladas de venta directa y 600.000 toneladas de autoconsumo). España pide 6,8 millones de toneladas.

En cuanto al concentrado de tomate, unas 200.000 toneladas de diferencia separan a España y la CEE, y 20.000, de un total de 200.000, toneladas es la diferencia que hizo imposible un acuerdo sobre el algodón.

En cuanto a América Latina, España, además de una declaración general de intenciones, quiere obtener de la CEE el permiso para que ese continente pueda seguir exportándonos, libres de aranceles, las cantidades tradicionales de cacao, tabaco, café y cefalópodos.

Posición inaceptable

El que la CEE otorgue estos cuatro productos "tendría un formidable valor político y crearía objetivos de futuro", señaló Marín, para el cual "España jamás aceptará la posición comunitaria". De no arreglarse este tema la próxima semana, "España tendrá que explicar en las capitales latinoamericanas cuál es la posición de la Comunidad", aseguró Marín. España subordina este tema a su contribución de 60.000 millones de pesetas a la Tercera Convención de Lomé, que liga a la CEE con 65 países de África, el Caribe y el Pacífico.

Hubo, sin embargo, acuerdo positivo en multitud de otros puntos industriales y agrícolas. Así, España dispondrá de cuatro años para la supresión del componente nacional obligatorio (60%) de los automóviles fabricados en el país. La CEE dejará de aplicar el régimen de país tercero a los procedimientos de antidumping contra España que existen actualmente. En el tema nuclear, España rechazó una fórmula que podía dejar suponer que firmaría el Tratado de Proliferación Nuclear en el futuro.

La reglamentación agrícola comunitaria comenzará a aplicarse en España a los dos meses de la adhesión. La política estructural de la CEE será adaptada a las condiciones españolas y se aplicará al máximo de su beneficio. España se verá, además, protegida de las importaciones provenientes de la CEE y de países terceros en una serie de productos hortofrutícolas, que incluyen los cítricos y la patata de siembra.

La CEE entregó a España una declaración sobre Andorra, sugiriendo un plazo de dos años para resolver las relaciones del Principado con la CEE. Se aplicaría un mismo régimen para los intercambios de Andorra con Francia y con España.