_
_
_
_

Honrar las víctimas alemanas

Como acaba de admitirlo él mismo, el presidente norteamericano Ronald Reagan se ha metido en un lío con su viaje simbólico a la República Federal de Alemania, previsto para el próximo mes. Pero su último intento de solución no hace sino perpetuar la confusión moral. Pese a que vaya a visitar un campo de concentración, esto difícilmente servirá para compensar el tributo a un cementerio que alberga las tumbas de los oficiales de la SS que dirigían los campos de exterminio. Las víctimas y los carniceros del nazismo no son equiparables.No hay dudas acerca de la sensibilidad de Ronald Reagan sobre el holocausto. Se le ha visto soltozar con la evocación del exterminio de seis millones de judíos. Tampoco hay dudas sobre su devoción a la memoria de los soldados norteamericanos muertos por los alemanes durante la II Guerra Mundial. Entonces, ¿por qué se ha opuesto con tanta tenacidad a visitar Dachau? ( ... )

Una explicación caritativa de esta actitud podría ser el deseo de no ofender al anfitrión. Pero la razón profunda reside en la falta de comprensión, en las actitudes de los alemanes y en las interpretaciones que de ellas hace el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl.

( ... ) Durante los últimos meses el presidente Ronald Reagan ha insistido en que no había por qué cargar a los alemanes con el peso de su pasado nazi. Esta fijación tiene dos motivaciones. Una es el pesar producido por la exclusión de Kohl de las celebraciones de conmemoración del día D, el año pasado en Normandía. La otra es el terror a que los rusos puedan utilizar el 40º aniversario de la victoria aliada del 8 de mayo para atacar la alianza germanonorteamericana como belicosa.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tratando de complacer a un amigo y de desafiar a un adversario al mismo tiempo, Ronald Reagan no puede comprender seriamente los sentimientos que sus actos provocan en ambas sociedades.

Ahora afirma que Dachau no encaja dentro de la agenda de su viaje. Hace un mes dio otra razón disparatada: que vivían pocos alemanes que aún recordasen la guerra, dejando aparte a los que habían cometido atrocidades con los judíos. Y esto lo dice un hombre que tenía 35 años en 1945. (...)

18 de abril

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_