El ajedrez centroamericano
El conflicto centroamericano ha provocado el mayor movimiento migratorio del que tenga memoria esa región. Más de un millón de personas se vieron obligadas a abandonar sus pueblos de origen, muchas veces camino del exilio. Como si se tratara de un tablero de ajedrez, con sus casillas negras y blancas, hay países que provocan la fuga masiva de sus ciudadanos (El Salvador, Nicaragua, Guatemala) y otros que se han convertido en centros de acogida (Costa Rica, Honduras, México).México tiene una larga tradición de asilo. España no puede olvidar su recibimiento a los republicanos, y más recientemente la historia se repitió con los chilenos y argentinos que escapaban de la represión militar. Pero a diferencia de estos exilios, en cierta forma selectivos y con un alto componente de profesionales cualificados, por primera vez el país se enfrenta a una llegada masiva de campesinos.
El número de salvadoreños que entraron a México en los últimos cinco años resulta difícil de calcular, porque muchos lo hicieron salvando los servicios migratorios a base de fuertes mordidas. En algún caso se ha manejado la cifra de 150.000 salvadoreños, aunque es imposible precisar cuántos permanecen aún dentro del territorio mexicano. Muchos de los que llegan con visado legal toman en el mismo aeropuerto de México un autobús que los lleva directamente a Tijuana, para intentar desde allí el cruce ¡legal de la frontera norteamericana como mojados.
Es distinto el caso de los 40.000 refugiados guatemaltecos. Se trata en su mayoría de familias enteras de campesinos que abandonaron sus pueblos a causa de la violencia del Estado, pero que mantienen el propósito de regresar en caso de que se normalice la situación. Su presencia en campamentos improvisados, a menudo muy cerca de la frontera, causó frecuentes roces entre los dos países vecinos, agravados por las violaciones de territorio mexicano a cargo de guatemaltecos uniformados que buscaban a supuestos guerrilleros.
Para aliviar la tensión, el Gobierno de México optó por trasladar a los refugiados a las extensas zonas de Campeche y Quintana Roo, donde les ha proporcionado tierras sin colonizar y materiales de construcción, con el fin de lograr su autosuficiencia.
Costa Rica tiene también una larga historia en materia de asilo. Bajo la dictadura de Anastasio Somoza, miles de sandinistas se acogieron a su hospitalidad. Ahora son los antisandinistas los que emprenden el camino del exilio. Más de 20.000 nicaragüenses han cruzado la frontera en los dos últimos años. Los datos más recientes muestran una masiva presencia de jóvenes que huyen del servicio militar.
La llegada de refugiados en masa es un fenómeno más nuevo en Honduras, el segundo país más pobre de América Latina, donde se han instalado 28.000 salvadoreños, más de 30.000 nicaragüenses (la mitad, indígenas misquitos) y varios miles de guatemaltecos.
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