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EL DIFÍCIL DIÁLOGO ENTRE LOS BLOQUES

Romanov elogia en el congreso del partido comunista húngaro la Política de Kadar

La Unión Soviética expresó ayer su total apoyo a la política de reformas económicas y políticas de Hungría, y despejó así las dudas sobre la actitud de la nueva dirección del Kremlin hacia esta política de liberalización en un país del Pacto de Varsovia. Gregori Romanov, miembro del Politburó del PCUS que se perfila como el virtual número dos en la cúpula soviética, pronunció ayer un discurso ante el pleno del congreso del Partido Socialista Obrero de Hungría (POSH, comunista que se celebra en Budapest, en el que dedicó grandes elogios a la línea política de los comunistas húngaros y a su primer secretario, Janos Kadar, "un firme internacionalista y leninista, una figura de gran prestigio en el movimiento comunista y obrero internacional".

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, Budapest Komanov se declaró "prolundamente impresionado" por el discurso de apertura pronunciado el lunes por Kadar, en el que éste defendió la pluralidad de vías para construir el socialismo y defendió la política de apertura frente a las crecientes críticas de sectores ortodoxos del partido, que ven en ella una desviación de los principios del socialismo.El dirigente soviético manifestó que la Unión Soviética considera de gran interés Ios rasgos específicos del desarrollo de los países fraternales" y "sus peculiaridades nacionales", y añadió que en la comunidad socialista "no hay lugar para relaciones de dominación y subordinación, para la imposición de la voluntad de un país a otro, ni para una unificación mecánica".

La unidad de la alianza socialista se basa "en un meticuloso respeto de los intereses mutuos". La dirección soviética, señaló Romanov, está "completamente de acuerdo" con la política húngara en su relación con la URSS. "La Unión Soviétíca valora", dijo, "la labor del Estado húngaro en solucionar con éxito grandes tareas, a veces, en difíciles condiciones".

El discurso de Romanov era esperado con enorme expectación, dadas las críticas que desde sectores ortodoxos del partido habían vertido contra la política de reformas. También desde el exterior se han atacado las reformas de Budapest, que en algunos aspectos no tienen precedentes en el bloque oriental. Checoslovaquia, hoy probablemente el país del Este con el régimen de mayor esclerosis e intransigencia ideológica, atacó el pasado año a su vecino por su política de acercamiento a Occidente.

Satisfacción de Kadar

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El discurso de Romanov fue recibido con visible satisfacción por el líder húngaro Janos Kadar, que le abrazó al final del mismo, entre ovaciones de los delegados e invitados. La intervención de Romanov aclara de manera mequivoca, según coincidían ayer los observadores en Budapest, que la nueva dirección del Kremlin ve con abierta simpatía la política húngara y no tiene intención alguna de imponer condicionamientos ideológicos a unas reformas que han demostrado ser efectivas. Hungría, un país agrario, ha logrado situarse al nivel, o incluso superar, a países de larga tradición industrial como la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, gracias a su política de incentivos, cooperativas de trabajadores y la autorización de la pequeña empresa privada.

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