Una misión con números rojos
La presencia en Chipre de la Fuerza de Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuesta muy cara: unos 100 millones de dólares al año, que, caso único en una misión de este tipo, deben salir de contribuciones voluntarias de países miembros de la organización internacional.Desde 1964, cuando comenzó la labor de la UNFICYP, los países que han enviado contingentes militares a la isla han pagado sus gastos, que suponen aproximadamente las dos terceras partes del presupuesto total de la Fuerza. Para financiar el tercio restante se abrió una cuenta especial que tiene un déficit acumulado de 128 millones de dólares.
Acabar con estos números rojos es la segunda de las obsesiones de Pérez de Cuéllar en relación con el problema chipriota, inmediatamente después de la solución pacífica del conflicto. En todos sus informes sobre la UNFICYP (el último de ellos redactado el 12 de diciembre de 1984), el secretario general de la ONU recuerda la gravedad del problema económico. Pero el dinero sigue sin llegar.
Estados Unidos es el principal impositor en esta cuenta, con un 46,8%. del total de los ingresos de la misma en los últimos 20 años. Pero es el Reino Unido, cuyo contingente militar es el más elevado, aparte de sus dos bases en la isla, el país que soporta una mayor carga económica, a pesar de que su contribución a -la cuenta especial es sólo del 21,4%.
De los tres países directamente afectados por el conflicto, sólo Grecia aporta una contribución importante, el 6,1%, de la cuenta; Chipre pone el 0,9%, y Turquía sólo el 0,6%.
Numerosos países han ingresado cantidades casi simbólicas. Entre 48 de ellos apenas si llegan al 0,7% de los ingresos. Camboya, Islandia, Lagos, Nepal, Malta, Barbados y Panamá son algunos de ellos. España no ha puesto ni una sola peseta.
