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El premio Nobel de Medicna Roger Guillemin expone sus teorías sobre la hormona del crecimiento

El 60% de los niños que no crecen normalmente por déficit de la hormona del crecimiento es susceptible de tratamiento con dosis mínimas del factor de liberación de esta hormona (el GRF), que normalmente es producida por el hipotálamo, ha explicado el científico norteamericano Roger Guillemin, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1977. En el resto, la dericiencia se encuentra en la hipótesis, y no responde al tratamiento con GRF, aunque sí a la hormona del crecimiento en sí. Guillemin intervino en la sesión sobre biotecnología que cerró las Jornadas sobre Nuevas Tecnologías en la Empresa, celebradas la semana pasada en Madrid.

El GRF, que se produce en cantidades tan pequeñas en el cerebro que no había podido ser encontrado, fue aislado y caracterizado en noviembre de 1982 por el equipo de Guillemin, que trabaja en los laboratorios del Instituto Salk, en California, a partir de un raro tumor del páncreas humano que produce una secreción excesiva de la hormona del crecimiento.La caracterización mostró que se trata de una cadena de 44 aminoácidos, y en los seis meses posteriores se pudo comprobar que el GRF aislado en el! tumor era exactamente igual que el producido por el hipotálamo en una persona normal. Experimentos con ganado porcino, ovino y caprino mostraron que en todas estas especies la estructutra del GRF es igual a la del humano, cosa que no sucede en las ratas.

Actividad de las neuronas

Guillemín señaló también que se han podido localizar las neuronas que producen este factor, su situación en la base del cerebro y el momento en que se forman en el feto. Se ha descubierto también que la molécula, de estructura similar a muchos otros péptidos, tiene una parte activa que se puede utilizar por sí sola en el tratamiento clínico, y que la acción del GRF es inhibida por un péptido, la somatostatina, aislado por Guillemin en 1973.Guillemin ve numerosas aplicaciones prácticas en la línea de investigación que sigue desde hace varias décadas, tanto en el tratamiento de humanos como en veterinaria y agricultura. Los grupos experimentales a los que se ha aplicado el GRF en los últimos años, que suman ya varios miles de personas en todo el mundo, han mostrado que la respuesta al GRF decrece de forma constante con la edad, por lo que en el caso de niños que no crecen convendría empezar el tratamiento cuanto antes.

El GRF también es útil en diagnóstico, ya que permite la detección de tumores en la hipófisis o en el hipotálamo. Su producción por métodos de biotecnología es ya un hecho.

Controles del hipotálamo

Guillemin trabaja en la actualidad en la definición de la estructura de las moléculas que regulan la función del cerebro y su actuación no sólo en el cerebro sino también en todo el organismo, especialmente la actuación de los genes que regulan la función cerebral. Se interesa especialmente por el hipotálamo, que controla la sed, las relaciones sexuales, el hambre y el crecimiento.Otro de los ponentes en las jornadas, Martin Küenzi, director del laboratorio de biotecnología de la empresa farmacéutica Ciba-Geigy, señaló que la euforia con que las empresas farmacéuticas acogieron la biotecnología ha decrecido en cierta medida, ya que las dificultades encontradas son grandes.

Küenzi. explicó que la aparición de nuevos productos en la industria farmacéutica mundial ha decrecido desde 1965, lo que explica el interés industríal por estas técnicas.

Sin embargo, "el proceso de gestación de medicamentos obtenidos por biotecnología es tan largo o más que el que utiliza métodos más tradicionales. Ha habido excepciones, como el caso de la insulina sintética, pero es que la molécula era ya muy conocida. Sin embargo, en productos para fines diagnósticos, el proceso sí es más corto". Küenzi se mostró, sin embargo, optimista sobre las posibilidades de la ingeniería genética en la obtención de hormonas, enzimas y productos de la sangre humana, mejores vacunas y antibióticos y anticuerpos monoclonales.

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