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Reportaje:

La desaparición como método antiterrorista

Antonio Caño

A. C. Las fuerzas armadas peruanas practican la desaparición de los detenidos como método habitual en la lucha contra Sendero Luminoso. Las denuncias de familiares son constantes y los propios oficiales del Ejército y de la policía reconocen en privado que muchos detenidos como sospechosos de terrorismo son asesinados.

El fiscal Jorge Romani, de Ayacucho, tiene registradas 108 denuncias de desapariciones entre octubre y diciembre de 1984 33 durante el mes de febrero último. El total de casos denunciados en 1984 es superior a medio millar.

"Algunas veces se denuncia, y después, cuando el desaparecido aparece, no vienen a comunicarlo. Otros casos pueden tratarse de víctimas de los ronderos (defensa civil en las comunidades rurales)", afirma Jorge Romani tratando de dar una explicación a las desapariciones. "Pero, en definitiva, quienes tienen la responsabilidad son los militares, que son los que administran la región".

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"Los desaparecidos suelen ser detenidos en sus domicilios por gente vestida con ponchos y pasamontañas. Las detenciones se suelen producir a altas horas de la noche", dice el fiscal provincial de Ayacucho.

Una conversación entre miembros de las fuerzas armadas, de la que fue testigo este enviado especial, prueba que los militares efectúan a veces operaciones vestidos de civil. Uno de los interlocutores se refirió a que estuvo a punto de producirse un enfrentamiento entre una patrulla de la Guardia Civil "y unos infantes de Marina que andaban con ponchos".

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"Bueno, hay muchas veces que mueren algunos en enfrentamientos con nuestras fuerzas y el juez no va a levantar el cadáver. Así que pasan a ser desaparecidos porque al cabo del tiempo el cuerpo se descompone", asegura el comandante Gabidia, de la Infantería de Marina, jefe del comando político-militar en Huanta.

"Yo no puedo decir nada de lo que hagan otras fuerzas, pero le recuerdo que esto es un combate a muerte", explica un alto oficial de la Guardia Civil que no quiere ser identificado. "Antes, los jueces sólo entorpecían nuestro trabajo con preguntas estúpidas como a qué hora fue detenido, etcétera. Ahora, de esta manera, va usted a ver cómo acabamos con Sendero", dice un capitán de la policía.

La alcaldesa de Ayacucho, Leonor Zamora, ha denunciado que "se han convertido en práctica diaria los secuestros, las detencionesdesapariciones, los descubrimientos de fosas comunes clandestinas que vomitan cadáveres inidentificables con horribles y desgarradoras huellas de tortura, en cantidades coincidentes con los secuestros realizados en la población civil urbana y campesina".

Los dirigentes de izquierda, aun admitiendo que la represión policial ha sido consecuencia de la violencia de Sendero, temen que se extienda a todos los sectores de la oposición. De hecho, en las conversaciones con los militares se aprecia que meten en el mismo saco a Sendero, el comunismo, el marxismo, los universitarios y los políticos.

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