La narrativa en castellano empieza a influir en EE UU, según Raymond Williams
El estudioso norteamericano de literatura hispánica es miembro del jurado del Premio Plaza y Janés
A los 19 años, Raymond L. Williams estudiaba su primer curso universitario y andaba algo indeciso: no sabía si especializarse en literatura hispania, francesa o inglesa. "Entonces asistí a unas charlas de Mario Vargas Llosa y viajé a Chile, era el año 1970. Creo que fue decisivo para mí". En la actualidad es profesor de Literatura Hispánica en la universidad de Washington, autor de varios libros sobre el tema e incluso jurado de un premio de novela en castellano, el Plaza y Janés, que se falla mañana en Barcelona. En su opinión, la actual literatura estadounidense empieza a manifestar claramente la influencia de los autores de lengua hispana.
Su último libro está dedicado a Gabriel García Márquez y, curiosamente, es el primero escrito y publicado en inglés. Hasta ahora, Raymond L. Williams escribía en castellano. "Creo que empieza a notarse una influencia apreciable de los autores hispanoamericanos en los Estados Unidos, hasta el punto de que, en un congreso celebrado en Washington el pasado mes de diciembre me pareció apreciar incluso cierta dosis de celos en algunos escritores. Está la evidencia de que los latinoamericanos escriben con absoluta libertad y que las editoriales les publican las obras. En los Estados Unidos, la competencia editorial es actualmente muy fuerte y ello lleva a los autores a tener dificultades de publicación en según qué tipo de obras".La influencia que él cree observar se plasma en lo que el novelista William Gass, cuyas obras ya han empezado a ser traducidas al castellano, denomina "la posibilidad de narrar una historia". Según explica Williams, en Estados Unidos los novelistas habían llegado a creer que eso ya no era posible y han sido los autores hispanos los que han mostrado un nuevo camino.
Los conocidos
Entre los autores conocidos por el público estadounidense cita a García Márquez, arropado por su prosa y por el Premio Nobel; a Carlos Fuentes, a Jorge Luis Borges y, en menor medida, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar. "Algunos otros autores han sido traducidos, como Carpentier, pero no han cuajado. Otros son de traducción imposible pese a su riqueza, o quizá por ello. Tal es el caso de Lezama Lima".Según Williams, autor también de los artículos sobre literatura latinoamericana en la Enciclopedia Británica, al menos 8 de cada 10 estadounidenses conocen más o menos la literatura hispanoamericana, y ese conocimiento, cuyo auge se inicia hace unos 15 años, va en aumento. "La cultura estadounidense ha sido, tradicionalmente, una cultura aislada del resto del mundo. Hace unos años, la mayoría de la población conocía sólo el inglés. Hoy el conocimiento de otras lenguas empieza a ser ya norma".
Respecto a la situación de la literatura hispanoamericana, Williams es optimista. Considera que se está en un buen momento. Le parece que el hecho de englobar a tantos y tan diferentes autores en un solo adjetivo resulta parcialmente válido, "aunque la semejanza esconde algunas diferencias importantes. García Márquez, por ejemplo, tiene claras influencias de Faulkner, en cambio Carlos Fuentes parece un 17rancés que, por causalidad, resulta que escribe en castellano".
Williams no ha estudiado con la misma profundidad la literatura en castellano que se produce en España que la que se escribe al sur de río Grande, aunque conoce la literatura clásica peninsular y -aún se atreve a afirmar que hay cinco autores cuya influencia es decisiva en los de América del Sur: Cervantes, Unamuno, Ramón Pérez de Ayala, Cela y Juan Benet.
Nacionalidades
"Lo que ocurre es que hoy hablar de nacionalidades, al tratar de literatura, carece un poco de sentido. Leyendo a Juan Goytisolo, por ejemplo, uno puede tener perfectamente la impresión de que es uno más de los latinoamericanos. Hoy todo está internacionalizado. No sé, citemos a Cabrera Infante, ¿qué es culturalmente hablando? Un cubano que vive en Inglaterra y que contesta al teléfono en inglés aunque le llame un hispanohablante".De su participación como jurado del I Premio Plaza se muestra relativamente satisfecho. "Creo que puede llegar a ser un premio importante, aunque eso no se sabrá hasta dentro de unos años, cuando tenga una tradición que yo apuesto por que sea más de calidad que comercial". La primera respuesta, el martes: en el fallo del codiciado premio Plaza y Janés de novela.
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