Lord Carrington: "Nadie quiere vivir con este nivel de armamento"
"Es mejor para cualquier alianza que sus miembros acepten el menú en vez de la carta" - "Sólo los españoles pueden decidir sobre su permanencia en la OTAN"
"La continuación de la permanencia en la OTAN es totalmente una cuestión que deben decidir los españoles", señala, en la primera entrevista que concede a un medio informativo de nuestro país, el ,secretario general de la OTAN, lord Carrington. Naturalmente, quiere que España se convierta en "pleno miembro de la Alianza" y estima que "cualquier alianza sale mejor parada si en conjunto sus miembros aceptan el menú en vez de estar demasiado a la carta". Carrington define a la OTAN como una alianza "más política que militar", y ante las conversaciones que se abren el martes en Ginebra, cree que es posible que con este proceso mejore el clima de las relaciones Este-Oeste. "Nadie quiere vivir con este nivel de armamentos. Nadie quiere vivir con esta ansiedad", asegura. Y si piensa que Ronald Reagan "ha galvanizado a la Alianza en muchos aspectos", no cree que Europa pueda encargarse de su propia defensa sin EE UU.
Sólo una condición para esta entrevista con EL PAÍS: una sola pregunta general sobre España, pues "sólo tengo una respuesta que dar", señaló lord Carrington. (Cabe recordar que, desde la llegada de los socialistas al poder en España, su predecesor, Joseph Luns, se negó a conceder, mientras estuvo en el cargo, entrevistas a medios españoles.) Carrington no hablaría, se nos dijo antes, de cuestiones de política interna de los países miembros de la OTAN ni, por tanto, de la diferencia entre estructura civil y estructura militar de la organización, pues Francia podría molestarse.La pregunta -sobre el referéndum o sobre la integración militar- es, pues, lo de menos, pero la respuesta fue: "Sería necio por parte de cualquier secretario general el decir que no quiere ver a España convertirse en un miembro pleno de la Alianza, pues ése es mi trabajo. Pero también quiero insistir en que la continuación de la permanencia en la OTAN es totalmente una cuestión que debe decidir el pueblo español. Ésta es una alianza de 16 países soberanos, y cada uno tiene el derecho de salirse de la Alianza, si quiere, o de quedarse. Esto, francamente, nos diferencia del Pacto de Varsovia. No creo que me corresponda a mí el decir lo que España debería hacer o lo que yo quisiera que haga España. Le corresponde al pueblo de España decirlo. No diré más, salvo que espero que se quedará como pleno miembro de la OTAN".
Menú, mejor que carta
Pregunta. Aparte del caso francés, si se mira al mapa de la OTAN, la plena pertenencia no está muy clara. Noruega no es lo mismo que Italia o la República Federal de Alemania.
Respuesta. Algunos de ellos han tenido distintos problemas y reservas. Noruega siempre ha dicho que no aceptaría armas nucleares ni tropas extranjeras en suelo noruego en tiempo de paz. Pero esto era desde el principio de la Alianza. Diría que, en general, cualquier alianza sale mejor parada si en conjunto sus miembros aceptan el menú, en vez de estar demasiado a la carta. En cuanto a las modalidades, tenemos que encontrar cuáles son los deseos del pueblo español antes de discutirlo y luego, por supuesto, la Alianza lo tendrá que discutir ella misma.
P. Como secretario general, ha visitado ya varios países de la Alianza. En junio va a Lisboa. ¿Cuándo piensa ir a España? (Fue justo antes de asumir su cargo, pero no como secretario general.)
R. No visito los países, a no ser que éstos quieran que vaya, que me inviten. Me agradaría mucho visitar España. Pero en este momento le corresponde al Gobierno español el decidir si éste es un momento adecuado o razonable para que el secretario general de la OTAN vaya a España. Le corresponde totalmente a los españoles. Haré exactamente lo que quieran.
P. Usted ha dicho que el secretario general de la OTAN tiene influencia, pero no poder. ¿Cuáles son sus mayores preocupaciones al redescubrir la OTAN desde este cargo?
R. La primera es que estamos en peligro de hacemos demasiado, débiles en armas convencionales. Es preocupante el que el Pacto de Varsovia haya seguido acumulando material y hombres. Pienso que tenemos que tener mucho cuidado en la Alianza, si fracasara la disuasión, de no aumentar nuestra dependencia sobre un pronto uso de las armas nucleares. Espero que podamos mejorar esto.
La segunda preocupación es que, debido en parte a la controversia y al tiempo que ha pasado entre la decisión y el despliegue de los misiles de crucero y Pershing 2, ha habido cierta sensación, porque estaba en los titulares a diario, de que la OTAN es sólo una alianza militar, cuando es más una alianza política que militar. Esto no se entiende suficientemente en Europa occidental y me preocupa. Siempre ha habido dos pilares que soportan a la OTAN. El pilar de la disuasión: hay que tratar de evitar la guerra y hay que mantener una capacidad militar para ello; pero también el papel de la OTAN es crear una relación más estable entre el Este y el Oeste. Las conversaciones de Ginebra van a comenzar la próxima semana -y otras conversaciones-, y pienso que se concentra ahora uno tanto en el aspecto militar como en el político, lo que es bueno.
La otra preocupación evidente que siempre existe en una alianza de este tipo es que, por razones geográficas, hay o puede haber diferencias entre Estados Unidos y Europa. Y la fuerza central de esta Alianza es la cohesión entre Europa y EE UU. Pero pienso que la Alianza lo ha hecho bastante bien en los últimos meses. Está en bastante buena forma. Siempre ha tenido sus problemas y los tiene.
P. ¿Cree usted que Ronald Reagan ha traído un nuevo liderazgo a la Alianza?
R. Desde que es presidente, ha galvanizado a la Alianza en muchos aspectos. (Carrington se refiere a los gastos militares y a la decisión norteamericana de entrar en negociaciones sobre control de armamentos con la URSS). "Ha demostrado liderazgo".
La insatisfacción europea
P. Pero ¿están los europeos satisfechos alguna vez?
R. No. Son seres humanos. Si hay un presidente débil en Estados Unidos, siempre se quejan de que no hay liderazgo. Y cuando hay uno fuerte, se quejan de dictadura. Nunca están contentos. Pero ahora están bastante satisfechos. Los norteamericanos han hecho enormes esfuerzos en los últimos años para consultar a sus aliados europeos sobre todos los temas. Nadie se queja de esto.
El secretario general de la OTAN ve en el enfoque hacia el Este una "diferencia de percepción" entre EE UU y Europa, quizá no el sur de Europa, sino Europa central, "que es muy consciente de que Europa está dividida en dos, especialmente en Alemania Occidental, donde la mitad del país está del otro lado del telón de acero". Muchos europeos "se acuerdan de Europa cuando consistía también en Polonia, Checoslovaquia... La conciencia y preocupación entre una Europa dividida es más inmediata para un europeo que para un norteamericano, pues Estados Unidos es una superpotencia y está preocupada no sólo con lo que ocurre en Europa, sino en el Golfo o en el Lejano Oriente".
P. ¿Sigue siendo válida la estrategia de la respuesta flexible?
R. Es la única estrategia que puede funcionar. No he visto a nadie que haya producido una estrategia diferente, salvo los partidarios del desarme nuclear unilateral. Me pregunto cómo se sentirían si la Unión Soviética fuera el único país en el mundo con armas atómicas. Podrían sentirse menos seguros que con una estrategia de respuesta flexible. Es la única estrategia razonable para una Alianza como la nuestra, y ha tenido éxito. Aunque estoy de acuerdo en que hay que reforzar las armas convencionales, porque no queremos ser demasiado dependientes en las armas nucleares.
P. ¿Qué piensa de la idea de una "defensa europea" frente a la defensa de Europa occidental?
R. No creo que Europa fuera capaz de encargarse de su propia defensa sin Estados Unidos. Estados Unidos y su arsenal nuclear son un elemento esencial para la disuasión. Sin él, la disuasión de la guerra se vería debilitada. Por eso pienso que es esencial que europeos y norteamericanos se comprendan y no se vayan cada uno por su lado.
Para Carrington, el desarrollo del Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP), que aúna a los países europeos de la OTAN, está encaminado a "tratar de que los europeos trabajen juntos en la investigación, el desarrollo y la producción de armas. Es bastante razonable... No tiene sentido tener cuatro o cinco tanques diferentes...".
P. El martes se reanudan las conversaciones en Ginebra. ¿No hay confusión entre distensión o diálogo y control de armamentos?'
R. El control de armamentos es sólo una parte. Pero, a mi juicio, no se va a lograr una distensión, a no ser que se logre el control de armamentos. Éste es una parte importante para lograr una relación más estable entre Este y Oeste, tratar de reducir el nivel de armamento e intentar crear un elemento de confianza entre los dos bloques. Pero no lo es todo.
Carrington añade los contactos humanos y bilaterales "entre los países de la OTAN y los del Pacto de Varsovia. El problema es que la distensión se ha convertido en una palabrota en algunas partes. De lo que hablamos realmente es de lograr una relación más razonable entre ambos bloques".
P. Dados los desarrollos tecnológicos y los problemas de la verificación, los acuerdos sobre control de armamentos parecen ahora mucho más difíciles.
R. No va a ser fácil, por las razones que usted dice. Hay dos problemas principales. Uno es la asimetría. Los arsenales nucleares y convencionales de ambas partes son diferentes. Hay que comparar peras con manzanas, lo cual resulta difícil. El segundo, y el más difícil, es la verificación, pues no tiene sentido entrar en acuerdos con alguien, y especialmente alguien en el que no se tiene confianza -no les tenemos confianza, ni ellos a nosotros-, a no ser que se esté seguro de que no se hace trampa. La verificación es una parte esencial.
P. ¿Encuentra usted una preocupación europea ante la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) o guerra de las galaxias?
R. No creo que los europeos estén preocupados por la investigación, pues sabemos que los soviéticos investigan sobre esto desde hace años. El problema es que nadie sabe lo que va a aportar la investigación o las consecuencias que tendrá. Esto es lo que preocupa a la gente. Se está hablando en una escala de tiempo tan amplia que nadie sabe realmente... Lo que creo que va a ser importante es que Estados Unidos tenga la confianza de los europeos.
Las incógnitas de Ginebra
P. ¿Qué expectativas tiene usted ante el proceso que se abre en Ginebra?
R. Lo que queremos saber, y sabremos en Ginebra la próxima semana, es lo que trae consigo la Unión Soviética. ¿Ha venido con la intención de mantener negociaciones serias o no? ¿O han vuelto a las negociaciones porque es embarazoso no estar ahí? Si han vuelto con serias intenciones de negociar, pienso que las negociaciones serán difíciles, pero será posible lograr resultados... aunque no sea en meses.
P. Con la guerra de las galaxias, los euromisiles parecen haberse quedado algo al margen.
R. La gente ya no habla tanto de ello, ¿verdad? La SDI es de lo que todo el mundo habla ahora. Pero hay tres cestas: las armas nucleares de alcance intermedio, las intercontinentales y la cesta del espacio. Se discutirán por separado.
P. Usted ha dicho que "no buscamos seguridad para nosotros a costa de la de la URSS".
R. Si lo he dicho, tengo que tener razón, ¿no?. Lo que significa es que reconocemos que ellos tienen un problema y una ansiedad con su seguridad y la necesidad de estar seguros, del mismo modo exactamente que nosotros. Lo que no buscamos es arreglar las cosas de manera que tengamos una seguridad que les denegamos a ellos.
P. ¿Puede variar algo un cambio en el liderazgo soviético?
R. Nadie conoce la respuesta a esa pregunta. Lo que es evidente es que Gromiko está ahora plenamente en el control de la política exterior soviética. Y es también evidente que la vieja generación del Politburó se está acabando. Tarde o temprano, una nueva generación le sucederá. Nadie de nosotros sabe si eso hará las cosas más fáciles o más difíciles. Nadie puede contestar a su pregunta, y si pueden contestarle, sería sumamente imprudente el creérselo.
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