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Arqueólogos y estudiosos denuncian la destrucción de dos castros en Galicia

Manuel Rivas

Arqueólogos y diversos, sectores culturales gallegos han denunciado la destrucción de dos castros -poblados y yacimientos prerromanos- en la comarca de As Mariñas como muestra de la sistemática devastación de la cultura castrexa y del patrimonio histórico gallego. Según Felipe Senén, director del Museo Arqueológico Provincia de La Coruña, "no es exagerado afirmar que cada semana se comete un atentado contra un castro". La dirección del Patrimonio Artístico y Monumental de la Xunta está estudiando medidas de emergencia.

El castro de Figueredo es ahora un eucaliptal. Miles de años de historia, un largo sueño de restos y secretos ancestrales camuflados en la maleza fueron arrasados en pocas horas, días atrás, por los dientes mecánicos de una excavadora. Las defensas fueron abatidas, demolido el antecastro y rellenada de escombros la proa o corona del castro. Figueredo pasaría a la categoría de anónimos yacimientos desaparecidos sin noticia de no ser por la presencia casual en el lugar de un miembro del Seminario de Estudios Mariñans, de Betanzos, quien, impotente ante la destrucción, desenfundó su única arma, la cámara fotográfica.El mismo seminario denunció en estas fechas otra barbarie. El castro de San Fiz, situado al borde de la carretera nacional Madrid-La Coruña, donde hace algún tiempo fueron encontradas piezas arqueológicas de gran interés, formó parte de un lote de parcelas para construir una urbanización. Ahora, las columnas del cierre de los chalés se asientan en el parapeto de defensa del castro y el resto está muy deteriorado.

José Raimundo Núñez Lendoiro, cronista oficial de Betanzos y miembro del Seminario de Estudios Mariñans, señala que ya han presentado 20 denuncias ante los ayuntamientos en relación con flagrantes atentados contra el patrimonio en la comarca y que afectan en particular a la cultura castrexa. Una de sus principales preocupaciones ahora es el futuro del Castro Mayor de Abegondo. Uno de los propietarios del terreno donde está ubicado el yacimiento ha puesto interés en su conservación e incluso propuso al otro dueño un trueque de tierras, pero este último parece estar más interesado en plantar eucaliptos sobre la memoria de sus antepasados.

"No es exagerado afirmar que cada semana se comete un atentado contra un castro; se está borrando del mapa el pasado más genuino de Galicia", dice Felipe Senén, arqueólogo y etnógrafo gallego, que actualmente dirige el Museo Arqueológico Provincial de La Coruña. "Es algo rutinario, y las noticias que nos llegan continuamente no hacen más que confirmar el diagnóstico: la conservación de los restos de la cultura castrexa, algo único en el mundo, requiere una acción de emergencia".

Ignorancia y pasividad

Para Senén, y para el resto de los especialistas consultados, las causas de este proceso de destrucción sistemática están en la ignorancia y en la falta de una concienciación popular, en las lagunas de la actual legislación, pero sobre todo, en la pasividad e inhibición de la Administración, especialmente en los municipios.Según Senén, lo que sucede con los castros, las mamoas -túmulos megalíticos- y los petroglifos es sólo un signo alarmante de lo que sucede en otros ámbitos del patrimonio histórico y artístico de Galicia, "un país rico culturalmente que parece empeñado en destruirse a sí mismo". Junto con la destrucción, consciente o inconsciente, se producen también fenómenos de depredación y especulación con los bienes artísticos de la comunidad. Al British Museum llegó desde Galicia la sorprendente oferta de un magnífico ejemplar de tessera (tratado de hospitalidad de los habitantes de los castros con los romanos) en forma de placa de bronce. El museo británico entró en contacto con Bellas Artes y así pudo comenzar una laberíntica investigación hasta dar con el vendedor.

"El patrimonio cultural gallego se destruye a velocidades de vértigo", señala Pedro de Llano, arquitecto autor del catálogo de las pallozas que subsisten en las zonas más aisladas de Galicia. Las pallozas, de las que todavía quedan 250, distribuidas en siete municipios gallegos, 35 de ellas habitadas, representan un vínculo vivo con la cultura castrexa. "Casi la mitad de las pallozas", indica Pedro de Llano, "está en situación de semirruina, cuando su conservación es de una importancia tremenda, pues se trata de las construcciones más primitivas de las que se mantienen en todoel continente.

Inventario arqueológico

Pedro de Llano, como los otros especialistas, considera que la catalogación de todo el patrimonio -"saber, por lo menos, lo que tenemos"- es un paso inaplazable, En esta línea, la Dirección General del Patrimonio Artístico y Monumental de la Administración autónoma ha establecido convenios con los museos arqueológicos provinciales y Otras entidades para la realización de un primer inventario arqueológico de Galicia, que debe finalizarse en estas fechas. Los datos del inventario, según informa José María Vello, jefe del servicio de Arqueología de la Dirección General del Patrimonio, serán reflejados en un mapa a escala 1/10.000.El método seguido para la elaboración de este inventario -y en previsión del que se siga para la más amplia catalogación de todo el patrimonio cultural- es criticado por la mayoría de los especialistas, que no consideran correcto el esquema provincial. "Los catálogos deben realizarse desde los municipios, ligados al planeamiento", dice Pedro de Llano. "Los ayuntamientos son los grandes responsables a la hora de evitar destrucciones", señala Felipe Serién. "Los ayuntamientos debían tomarse en serio la protección y restauración del patrimonio para terminar con esta vergüenza", dice Núñez Lendoiro desde Betanzos.

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