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Washington amenaza al régimen sandinista

El régimen de Managua asegura que luchará hasta el final por el derecho a vivir en paz

El Gobierno sandinista no había reaccionado oficialmente hasta el mediodía de ayer ante las acusaciones formuladas por Ronald Reagan. Pero poco antes de que el presidente norteamericano iniciara su conferencia de prensa, el comandante Luis Carrión anticipó que "la única respuesta que daremos ahora y siempre a las amenazas imperiales es la de patria libre o morir". En un acto en el que se conmemoraba el 511 aniversario del asesinato de César Augusto Sandino, Carrión se dirigió expresamente al titular de la Casa Blanca: "Sépalo, señor Reagan, que los sandinistas no sabemos doblar la cerviz y que sabremos pelear hasta los últimos nicaragüenses por nuestro derecho a vivir en paz".

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A la misma hora en que el presidente Reagan respondía las preguntas de los periodistas en un tono inusualmente duro, incluso para él, el comandante Bayardo Arce declaraba en Managua que en aras de la pacificación regional su Gobierno está dispuesto a no permitir la instalación de bases extranjeras en su territorio, a retirar a todos los asesores militares y a asumir el compromiso de un control de armamentos equilibrado para todas las naciones centroamericanas.A falta de una reacción específica, estos dos discursos resumen con exactitud la posición de Managua ante este nuevo endurecimiento de la política norteamericana. Maria Cristiana Argüello, jefa del Centro de Prensa Internacional de Managua, declaró ayer telefónicamente que las palabras de Reagan son sólo el último episodio de la campaña propagandística emprendida contra Nicaragua por la Admínistración estadounidense, que ya ha empleado con este fin a Caspar Weinberger y a George Shultz, secretarios de Defensa y Estado, respectivamente. Añadió que no habrá, en consecuencia, una respuesta especial.

Carrión acusó al Gobierno norteamericano de haberse convertido en cómplice de los, asesinatos cometidos por los grupos contrarrevolucionarios, "aunque falsifique la gesta de Bolívar en su afán por justificar su apoyo a los criminales". Dijo el comandante que Washington es el principal responsable de la tragedia que vive Centroamérica y el único que puede acortar el camino de la paz, poniendo fin al derramamiento de sangre.

Reagan parece creerse el dueño del mundo y que todos tenemos que, agachar la cabeza ante sus insolentes amenazas", dijo, antes de añadir que el pueblo nicaragüense combatirá hasta las últimas consecuencias si se produce una invasión norteamericana. "Nicaragua no constituye ninguna amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Es nuestra seguridad la que es agredida todos los días, pero, tarde o temprano, Estados Unidos tendrá que aceptar la revolución nicaragüense como un hecho irreversible y admitir que en Centroamérica pueden convivir sistemas económicos y sociales distintos", agregó.

Bayardo Arce empleó términos más políticos en esta confrontación. Señaló que las ansias de libertad y autodeterminación de América Latina son incompatibles con el papel hegemónico que Estados Unidos pretende conservar en el continente. Frente a iniciativas como la de la cuenca del Caribe, que, a su juicio, tratan de someter a los países de la región, "nuestros pueblos deben presentar un proyecto alternativo, democrático y pluralista, bajo una óptica latinoamericana", dijo.

Al formular los compromisos de que su Gobierno está dispuesto a asumir en busca de la paz, no hizo otra cosa que recoger los puntos básicos formulados por el Grupo de Contadora, cuya negociación atraviesa una fase agónica por el obstruccionismo de Washington, canalizado a través de sus aliados centroamericanos.

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