_
_
_
_
_

Thatcher apoya en el Congreso de EE UU la investigación sobre la 'guerra de las galaxias' patrocinada por Reagan

Francisco G. Basterra

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, manifestó ayer en Washington un acuerdo total con el presidente norteamericano, Ronald Reagan, sobre la necesidad de continuar investigando para lograr una defensa espacial contra misiles nucleares. Esta cuestión preocupa y divide a Europa, que teme perder el paraguas nuclear estadounidense que garantiza ahora su defensa. Thatcher dijo, sin embargo, que el eventual despliegue del sistema conocido como guerra de las galaxias deberá ser negociado conforme al tratado de misiles antibalísticos firmado en 1972 por Washington y Moscú.

Margaret Thatcher, que se ha declarado "la mayor admiradora de Ronald Reagan" y cuya política económica y social practica fervientemente en el Reino Unido, pronunció un discurso ante las cámaras del Congreso en el que realizó una firme defensa de la OTAN, apoyó la política centroamericana de Washington y agradeció a EE UU que haya ayudado a mantener la paz en Europa durante 40 años.Thatcher sólo mantuvo discrepancias con Reagan en las cuestiones económicas: expresó al presidente su "gran preocupación" por el déficit presupuestario de 200.000 millones de dólares y le pidió que haga un esfuerzo por reducirlo. Este déficit, en opinión de la primera ministra, es el principal responsable de que el dólar esté tan alto. Sólo el pasado año, la libra esterlina perdió un 25% de su valor frente a la divisa estadounidense. En el aspecto comercial, Margaret Thatcher defendió una política de libre mercado y apoyó la idea de Reagan de iniciar una nueva ronda GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) de conversaciones comerciales a nivel mundial.

La primera ministra del Reino Unido es el primer jefe del Gobierno de Londres que se dirige al Congreso norteamericano desde que lo hiciera Winston Churchill, en 1952. Thatcher, vestida con un sobrio traje negro y adornada con un collar de perlas y un broche de brillantes, utilizó un tono churchilliano en su discurso, que también tuvo reminiscencias del viejo imperio británico. La primera ministra dijo con orgullo que su país "ha conducido a todos los demás" en la instalación de los euromisiles y recordó que la Marina de su graciosa majestad aún patrulla por todos los mares en defensa de la democracia.

Margaret Thatcher mostró su esperanza por el resultado de las próximas negociaciones de Ginebra entre Washington y Moscú, aunque advirtió que "no se debe esperar mucho ni demasiado pronto". Consideró probable una ofensiva soviética para quebrar la unidad de la OTAN en el tema de las armas atómicas, pero aseguró que Moscú no conseguirá su objetivo. Thatcher defendió la política de diálogo con la URSS, pero siempre teniendo en cuenta que el sistema soviético no tiene buenas intenciones y persigue la dominación mundial. "Una política de buenas intenciones y de desarme unilateral", advirtió, "puede tener unas consecuencias trágicas".

Thatcher dijo al Congreso que Occidente debe mantener la política de la disuasión, tanto a nivel nuclear como convencional, "porque las guerras no se originan por el rearme, sino cuando el agresor cree que puede lograr sus objetivos a un precio aceptable". La primera ministra explicó que es esencial que Occidente mantenga su capacidad de investigación para no quedar atrás en relación con la URSS. Por esto, explicó, "apoyo la Iniciativa de Defensa Estratégica del presidente Reagan. Espero que nuestros científicos compartan esta investigación".

La primera ministra británica dejó, sin embargo, claro que, aunque el tratado permite la actual investigación, el despliegue futuro, si se encuentra el arma defensiva que busca Estados Unidos, deberá ser negociado. El apoyo de la política británica al presidente -al que llama Ron, y éste le contesta Maggie- no llega, sin embargo, tan lejos como para aceptar que los resultados parciales de la investigación comiencen a ser probados antes de que se haya logrado desarrollar el sistema final. El Pentágono anunció ayer que en 1987 el transbordador espacial comenzará a probar en el espacio partes de la tecnología necesaria para el sistema de la guerra de las galaxias. Estas pruebas violarían probablemente el tratado de misiles antibalísticos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Una nueva Europa

Margaret Thatcher recordó al Congreso que la actual Europa no es la de Roma, Carlomagno o Bismarck, y que el Viejo Continente ha perdido el papel preeminente que tuvo. Thatcher reconoció que está resultando difícil encontrar una respuesta a esta realidad y lograr una Europa comunitaria que supere los problemas causados por el patriotismo, el nacionalismo y la cesión de soberanía. Expresó su esperanza de que "nuestros hijos y nietos vean este período del nacimiento de la nueva Europa con más claridad con que lo hacemos nosotros ahora".Margaret Thatcher afirmó que la línea del frente está en Europa y pidió a Estados Unidos que no minusvalore el esfuerzo que hacen los europeos por garantizar su propia defensa. "El 95% de las divisiones, el 85% de los carros de combate, el 80% de los aviones y el 70% de los barcos de guerra de las fuerzas de la OTAN son suministrados, manejados y pagados por los aliados europeos", recordó Thatcher, para añadir que la defensa de Europa "es tan vital para EE UU como para nosotros".

Tras pronunciar su alocución, Thatcher se entrevistó con Reagan en el despacho Oval de la Casa Blanca. Antes de entrar en él manifestó que pensaba hablar con el presidente de las relaciones Este-Oeste, del control armamentista, de Oriente Próximo y de los problemas económicos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_