El tiempo apremia
El tiempo apremia. Además de esta semana, antes de la cumbre europea del 30 y el 31 de marzo queda otra reunión el 18 y el 19 del mismo mes, y quizá otra especial. El anuncio de una sesión extraordinaria y suplementaria en marzo hace que se piense en la CEE que no hay tanta prisa por llegar a acuerdos -se trata simplemente ahora de acuerdos a diez- que presentar a España esta próxima semana. Así funciona la Comunidad. Pero de la discusión en la reunión de ministros en Roma el pasado martes sobre esta convocatoria, ni siquiera salió un acuerdo sobre una fecha que pudiera convenirles a todos.Incluso cuando se llegue a un acuerdo sobre las grandes líneas de los capítulos pesquero o agrícola, queda mucho trabajo técnico que hacer, y en esto concuerdan expertos de todas partes, aunque no las declaraciones políticas. Valga un ejemplo: el acuerdo sobre el vino de la cumbre de Dublín. La dificultad para pasarlo a un texto reglamentario de la CEE ha ocupado ya dos meses de discusiones, y aún no se ha resuelto.
Esperanza en la 'cumbre'
Algunos temas, como la pesca o la contribución española al presupuesto de la CEE (por no hablar de los PIM o de la bomba de relojería de las relaciones con los países mediterráneos, en las que tanto insiste el comisario francés, Claude Cheysson), tendrán que ir a la cumbre, estiman fuentes comunitarias. Si llegan más de dos temas espinosos a la cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno no podrán resolverlos.
Precisamente, Grecia ha vuelto a vincular la ampliación a la resolución de su problema, según informa Juan F. Elorriaga desde Belgrado. En el Parlamento griego estalló el jueves una discusión entre la derecha de Nueva Democracia y los socialistas del PASOK, acusando los primeros al Gobierno de no trabajar suficientemente en aclarar si Grecia va a recibir de la CEE las cuantiosas ayudas previstas por los Programas Integrados Mediterráneos Integrados (PIM) para paliar el impacto del ingreso de la ampliación sobre su agricultura.
Fuentes comunitarias aseguran que lo más optimista es pensar que el tratado se llegue a firmar -completo, pues con partes en blanco no vale para mandar a ratlficación en los Parlamentos- a finales de mayo o junio. Ya, según expertos de la Comunidad, será demasiado tarde para el ingreso el 1 de enero de 1986.
Aunque sería una posibilidad para España, causa demasiadas dificultades técnicas el no ingresar un 1 de enero. Y lo que parece urgente, según las fuentes consultadas españolas y comunitarias, es firmar antes del próximo verano, para que el Parlamento francés pueda ratificarlo antes de entrar en campaña electoral. De otro modo, podrían surgir enormes sorpresas. En todo caso, Francia, pero también otros países, exige que el tratado de adhesión debe ser detallado, sin dejar cabos sueltos. Y esto lleva tiempo.
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