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Vuelven a Toledo dos esculturas de Victorio Macho

La madre y El hermano Marcelo, las dos esculturas más importantes de Victorio Macho, que junto con otras 18 obras y 5 dibujos del artista palentino fueron trasladadas desde el museo Roca-Tarpeya de Toledo a Palencia, la noche del 19 de octubre de 1983, lan regresado a Toledo.

Joaquín Sánchez Garrido, alcalde de Toledo, que en abril del año pasado interpuso una demanda judicial para recuperar las obras, ha sido quien ha realizado las gestiones para la vuelta de las esculturas, después de que la viuda del artista, Zoila Barros, usufructuaria de las mismas, lo autorizase.

El resto de las esculturas permanecen aún en Palencia a la espera de que Zoila Barros, usufructuaria de los bienes de Macho, dé su consentimiento para que ocho de ellas sean reproducidas. La madre y El hermano Marcelo están consideradas como las dos obras preferidas por el autor, que aunque bajo testamento dejó escrita la posibilidad de reproducción de sus esculturas "sin fines comerciales", expresó claramente: "Prohíbo la reproducción de la estatua yacente de mi hermano y la sedente de mi madre".

Sánchez Garrido, que en abril del pasado año interpuso una demanda para recuperar las obras, se muestra muy satisfecho y considera el hecho "un triunfo de la razón y la ley", en contra de la propuestas de algunos de los ediles de emprender acciones violentas para que las esculturas volvieran a Toledo, donde han permanecido desde 1966, año de la muerte del artista. "En ningún caso las obras de arte adscritas al museo podrán ser trasladadas a otro lugar", escribió Macho en su testamento.

Traslado clandestino

Con la excusa de celebrar una exposición en Palencia, Zoila Barros autorizó a dos camiones enviados a Toledo por la Caja de Ahorros de Palencia el traslado de 20 esculturas y cinco dibujos a la ciudad natal de Macho, sin que esta decisión hubiera sido conocida por las autoridades toledanas.Los casi 16 meses de estancia palentina de las obras ha sido posible por la negativa de Zoila a devolverlas, pues Francisco Jambrina, alcalde de Palencia, le prometió a la viuda una asignación de 30 millones de pesetas, así como una pensión vitalicia de 250.000 mensuales, en el caso de que las esculturas se quedaran definitivamente en la ciudad castellano-leonesa. Posteriormente, la viuda declaró al alcalde de Toledo que se había sentido "engañada", pues al parecer no le pagaban la cantidad convenida. El Ministerio de Cultura, por su parte, abonó en 1973 16 millones de pesetas a la viuda en concepto de bienes gananciales cuando era titular del departamento José Luis Villar Palacín.

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