Un 'beatle' canoso
Veinte años después, los miembros de Los Beatles que aún juegan con la imagen del grupo se parecen mucho más a Cliff Richard que a los propios Beatles. El Paul McCartney de Recuerdos a Broad Street es sólo un buen músico profesional que procura sacar el máximo provecho de su fama. Cuando habla de lo que significa el oficio para él, no lo hace en un tono distinto al que usaría Julio Iglesias cuando recurre a aquello de "el público siempre tiene razón, y yo me debo a mi público".Entre ¡Qué noche la de aquel día! y Recuerdos a Broad Street existe la diferencia que separa la realidad de su reproducción en cartón-piedra. A primera vista, el efecto puede ser el mismo, pero luego se descubre que detrás de las paredes de estuco no hay nada. Mientras dura la primera impresión, el engaño funciona y el espectador se siente a gusto. Probablemente sea absurdo sentirse decepcionado por el hecho de que un filme se parezca a lo que era previsible esperar de él, especialmente cuando la trayectoria musical del propio McCartney ya nos advierte sobre cuáles son sus ideas. Las lamentaciones tienen más que ver con nuestro empecinamiento de mitómanos adolescentes que con la lógica de la realidad.
Recuerdos a Broad Streer
Director: Peter Webb. Intérpretes: Paul McCartney, Bryan Brown, Ringo Starr, Barbara Bach, Linda McCartney. Guión y música: Paul McCartney. Estreno en Proyecciones y Vaguada M 2 Madrid
Concebida a modo de relato de suspense -¿conseguirán encontrar la desaparecida maqueta del disco-, Recuerdos a Broad Street es una excusa para encadenar canciones sin otra pretensión que la de facilitar la progresión de la trama hasta No more lonely nights, el último hit de McCartney. Algunas canciones están bien filmadas, y hay algunos gags ingeniosos.
Babelia
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