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Reportaje:

Griundig Espana no se verá afectada por el drástico plan de reducción de plantillas e instalaciones de la multinacional

La crisis internacional de Grundig, que va a proceder al cierre de algunas de sus instalaciones europeas y negocia la venta del banco alemán que lleva su nombre, no va a afectar a la factoría que la multinacional tiene en Cataluña, según han manifestado a este diario directivos de la filial española. Grundig, que cuenta con el 18% del mercado español de televisores en color y emplea a algo más de 800 personas, tiene solicitada desde hace un año al Ministerio de Industria una licencia para la fabricación de vídeos VHS en nuestro país.

El sector de electrónica de consumo, que cuenta en España con unos 12.000 trabajadores y unos 75.000 millones de pesetas de producción anual, está atravesando una profunda crisis como consecuencia de los avances tecnológicos que en los últimos años han provocado un fuerte sobredimensionamiento de las plantillas, de la fuerte caída del mercado doméstico (las ventas han descendido en un 10% en televisores en color y en un 20% en vídeos), y del sustancial incremento de impuestos. Tras las quiebras y suspensiones de pagos de varios fabricantes, nacionales, la crisis está afectando ya a algunas filiales de las grandes multinacionales. Esta situación, y las noticias sobre los planes de reestructuración de la multinacional alemana, han provocado cierta inquietud en el sector.Varias firmas europeas y japonesas (Philips, Grundig, Sony y Sanyo) han gestionado con el Ministerio de Industria licencias de fabricación de vídeos como forma de capear la crisis, reconvirtiendo instalaciones y personal, a la espera de una caída en la oferta de estos productos por desaparición de los competidores. La estrategia es similar a la seguida en Europa, en los últimos años, donde la holandesa Philips y la francesa Thomson tienen entablada una guerra por el encabezamiento de la opción europea frente a la ofensiva comercial japonesa. Importantes firmas han ido desapareciendo en Europa, al igual que ocurrió en Estados Unidos unos años antes, incapaces de hacer frente por sí mismas a la despiadada competencia de los japoneses o absorbidas por los dos gigantes continentales. La última gran batalla, que se desarrolló a lo largo de 1983 y 1984, se planteó por el control del primer fabricante de Alemania Occidental: Grundig. Philips ganó a Thomson esta difícil partida, colocando a un alto ejecutivo al frente de Grundig y tomando parte de su capital.

Paros técnicos

Hoy, pocos meses después de haberse cerrado tal operación, Grundig no ha superado la grave crisis que padecía y está planteándose una profunda reconversión que supondrá el cierre de distintas instalaciones europeas y el despido de varios miles de trabajadores (en Alemania Occidental, exclusivamente, se están barajando cifras de 5.000 a 6.000 trabajadores excedentes). Reducciones que se producen cuando la plantilla del grupo Grundig ha pasado ya de 38.000 a 24.000 trabajadores, en el periodo 1979-1984, y cuando se habla que el Grundig Bank (1.300 millones de marcos de activos y unos beneficios en 1984 de 3,6 millones de marcos) está a punto de ser controlado por Credit Suisse.Fuentes de la filial española de Grundig, que tiene solicitada licencia de fabricación de vídeos desde marzo del pasado año, niegan que estos planes de saneamiento de la multinacional vayan a afectar a nuestro país. "Siempre hemos tenido beneficios, y aunque éstos se reducirán este año -el ejercicio anual lo cerramos en marzo- no existe ningún plan de estructuración". "No podemos negar que no hayamos realizado paros para ajustar la producción", añadieron las citadas fuentes, "pero no hemos solicitado nunca expedientes de regulación de empleo o ayudas a la Administración".

La crisis se ha producido, indicaron, por la rápida evolución tecnológica (los televisores en color que antes constaban de unas 1.700 piezas ahora sólo contienen unas 500, lo que supone menores necesidades de personal) y por la saturación del mercado. Grundig, que cuenta con algo más de 800 trabajadores en España y tiene una cuota del 17%-18% del mercado nacional de televisores en color, ha invertido unos 100 millones de pesetas en nuevas instalaciones para el inontaje de vídeos VHS.

"Desde septiembre estamos montando vídeos con licencias provisionales y estamos convencidos que muy pronto nos concederá la Administración la licencia definitiva de fabricación que tenemos solicitada. Las discusiones en estos momentos están planteadas sobre porcentajes de componentes nacionales en el producto y sobre los volúmenes de producción y exportaciones".

No existe ningún plan de reducción de plantillas, aseguraron, ni Grundig España va a dejar de fabricar televisores en color ("existe siempre un mercado de reposición, ya que los televisores tienen una vida media de siete a ocho años").

Fuentes del sector estiman, sin embargo, que hoy en día no hacen falta más de 200 personas para sacar adelante una producción de televisores en color similar a la de Grundig España; recuerdan la existencia de unas importantes instalaciones de la multinacional alemana en Portugal y señalan el peculiar dilema que se plantea a la Administración española ante la doble solicitud de fabricar vídeos VHS por parte de Grundig y Philips (Lámparas Z, en España), firmas que en la cúspide de sus casas matrices son casi una misma multinacional.

Las citadas fuentes de Grundig en España aseguraron su absoluta desvinculación de Lámparas Z, y restaron importancia a la influencia de Philips sobre su casa matriz.

La solución del vídeo

El mercado de televisores en color en España ascendió a unas 950.000 unidades en 1984, según datos de ANIEL (la patronal del sector), lo que supone un 10% menos que el año precedente. Cerca del 25% de este mercado está controlado por Philips -a través de sus empresas Lámparas Z y Miniwat-, con una plantilla conjunta de unos 1.700 trabajadores. Thomson domina directamente otro 10% (a través de su empresa CEDOSA), e indirectamente (vía Telefunken) otro 8%. Sanyo, mediante su filial Aznárez Industrial de Tudela (Navarra), copa un 10%, y Grundig un 18%. Es decir, las multinacionales controlan más del 70% del mercado español de televisores en color.La próxima adhesión española a la CEE otorga un valor añadido a nuestro país, sobre las reducidas dimensiones del mercado doméstico, con vistas a la instalación de centros de producción por parte de las multinacionales. Es la dura y larga batalla por el mercado europeo de electrónica de consumo (televisores, vídeos y alta fidelidad).

De ahí que los japoneses Sanyo y Sony hayan autorizado fuertes inversiones en España y estén ya fabricando -en los próximos meses saldrán al mercado las primeras unidades- vídeos Betamax, y que Philips y Grundig tengan solicitada licancia para fabricar videos VHS. Cuatro multinacionales dispuestas a fabricar vídeos en un país, como el nuestro, cuyo mercado interno sólo absorbió entre 400.000 y 420.000 unidades en 1984, un 20% menos que en el año precedente.

A la vista de estos datos, dadas las reducidas dimensiones de nuestro mercado y la tendencia a la baja que está experimentando, sólo se explica este interés por fabricar vídeos en España en la estrategia de aguantar más que los competidores en la lucha por el mercado europeo, mercado insuficiente para tantos competidores, pero sustancioso para los que sobrevivan a la actual situación de guerra de precios y fuerte descompensación entre la oferta y la demanda de estos productos de electrónica de consumo.

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