Práctica congelación de los precios agrícolas para la campaña 1985-1986 en la Comunidad Económica Europea
La Comisión Europea propuso ayer para la campaña 1985-86 la práctica congelación de los precios de apoyo a los productos agrícolas en la CEE, que apenas habían subido el año anterior. En monedas nacionales, los precios bajarán en casi iodos los países (0,6% en Italia, como récord), aumentando sólo ligeramente en Francia (0,8%), Grecia (2,7%) e Irlanda (0,2%). La gran batalla anual de la Comunidad ha comenzado, pero esta vez puede ser más dura.El nuevo nivel de precios que los ministros de Agricultura de la CEE han de decidir antes del 1 de abril -en los tradicionales maratones negociadores- afectará también a España pues, como dice el documento de la propuesta de la Comisión, "1986 debería ser el año del ingreso de España y Portugal en la Comunidad". Los precios españoles deberán ir acercándose a los comunitarios a lo largo del período transitorio, por lo que cuanto menor sea la subida de los precios en la CEE, menor será en España. Nuestro país ingresará en una Comunidad de vacas flacas, donde la agricultura está siendo amordazada para evitar los excedentes y sus costes.
Según estas propuestas, en la CEE bajaría en un 6% los precios garantizados de las frutas y hortalizas para evitar los abusos del sistema de retirada de productos del mercado en caso de caída de los precios, sistema que antes se usaba sólo esporádicamente pero al que se ha acudido cada vez más en las dos últimas campañas.
Bajan también los precios de cereales y colza (3,6%). Carnes, vino y remolacha azucarera quedan congelados. Sube el de la leche en un 1,5%, mientras que se hace más rígido el sistema de cuotas de producción. Sólo el aceite de oliva y el algodón suben en un 2%.
Con estas medidas se gastarían el equivalente a 17.000 millones de pesetas más de lo que se calculaba para 1985, aunque para el año siguiente se prevea un ahorro del orden de los 4.000 millones de pesetas. El comisario encargado de la Agricultura, Frans Andriessen, reconoció que la situación presupuestaria no facilita el paquete de los precios. El Parlamento Europeo había rechazado el anterior presupuesto de la Comunidad y ésta funciona ahora sobre la base de las doceavas partes del año anterior sin que puedan introducirse nuevos gastos. El caso es que la CEE no tiene más recursos. Antes se calculaba que faltaban unos 165.000 millones de pesetas para cubrir el agujero de 1985. A esto hay que sumarle ahora 87.000 millones más.
Junto con estas medidas, también se proponen otras complejas y delicadas de desmantelamiento de diversos montantes compensatorios monetarios, que actúan como subvención a las exportaciones agrícolas de los países de moneda fuerte y en sentido contrario para los de moneda débil. La batalla no será pues fácil. El propio comisario Andriessen quiere provocar un debate sobre la evolución de la política agrícola común con la perspectiva del año 2000 en su mente.
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