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Proxima visita del presidente de EE UU a España

El pragmatismo de Felipe González facilitará el viaje de Ronald Reagan, según la Casa Blanca

Francisco G. Basterra

La política pragmática de Felipe González facilitará la visita del presidente Ronald Reagan a España, anunciada ayer por la Casa Blanca para el próximo 8 de mayo, manifestaron a EL PAIS fuentes gubernamentales estadounidenses. La presencia de España en la OTAN, la situación en Centroamérica y las bases de EE UU en España serán las principales cuestiones que tratará Reagan en Madrid. La Casa Blanca calificó ayer de muy buenas las relaciones entre Estados Unidos y España, y funcionarios gubernamentales destacaron que, a pesar de la recargada agenda del presidente, Reagan ha querido pasar por Madrid en el primer viaje a Europa de su segundo mandato.

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Reagan visitará un país aliado para el que Estados Unidos desea la integración plena en la estructura militar de la Alianza Atlántica. Washington sigue atentamente el debate interno español sobre el que prudentemente prefiere no pronunciarse con la seguridad de que la solución será positiva para los intereses de la OTAN. "Les hemos dicho que vamos a hacer el referéndum y que se va a ganar, es el mensaje que Felipe González ha enviado a Washington", manifestó a EL PAIS una alta fuente de la Presidencia del Gobierno.El nivel de comunicación y relaciones entre Estados Unidos y el Gobierno socialista español es muy bueno y para ser perfecto sólo deben despejarse tres temas: el referéndum sobre la OTAN, el control de la reexportación de la tecnología de doble uso que compramos a EE UU y el reconocimiento de Israel. En los aspectos comerciales, España va ganando posiciones gracias a la fortaleza del dólar que impulsa nuestras exportaciones a este mercado y el Gobierno ha firmado un pacto de autolimitación de nuestras exportaciones siderúrgicas.

En los dos últimos años la relación bilateral se ha distinguido por un creciente peso de los aspectos militares con la compra de aviones norteamericanos por valor de más de 200.000 millones de pesetas. Ahora se puede afirmar que es el Pentágono, más que el Departamento de Estado, quien pesa más en las relaciones con Madrid. Este desequilibrio hacia lo militar-comercial, en detrimento de lo político, explica quizá la presencia de 18 oficiales y jefes españoles adscritos a la Embajada en Washington.

Washington valora sobre todo el pragmatismo mostrado en laconducción de Su política por Felipe González, que es comparado favorablemente con la actitud del también socialista primer ministro griego, Andreas Papandreu, que se califica de "errática e incomprensible". Fuentes gubernamentales subrayan que González explica con antelación sus movimientos a los norteamericanos y evita así las sorpresas que aquí son muy mal aceptadas. Esto ocurrió, por ejemplo, con la visita del líder libio Gaddafi a España las pasadas Navidades.

Imagen moderada

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González ofreció una imagen muy moderada y de comprensión de las posiciones norteamericanas sobre el diálogo Este-Oeste cuando visitó EE UU hace dos años. Reagan ha hecho una política muy pragmática hacia España y vemos una respuesta igual de pragmática por parte española, independientemente de que sea un Gobierno socialista, explicó a EL PAIS uña alta fuente del Departamento de Estado. Las relaciones con Francia e Italia, también gobernadas por socialistas, son excelentes a pesar de que EE UU tiene el presidente más ideologizado y conservador de los últimos 25 años.

El Gobierno norteamericano entiende que cuanto más tiempo esté España en la OTAN y más participe en los trabajos de la organización más se dará cuenta del interés en permanecer en la Alianza. Funcionarios consultados sobre este tema afirman que nuestra presencia ayuda a la OTAN a comprender mejor los problemas de la región mediterránea, concede a España una posibilidad de participar en el proceso del diálogo Este-Oeste, beneficia nuestra negociación sobre la CEE y Gibraltar y, en última instancia, ayudará a la eficacia y profesionalidad del Ejército español.

Las explicaciones ofrecidas por Felipe González sobre el proceso final de la OTAN han sido recibidas en EE UU como razonables y suficientes. Medios políticos consultados por EL PAIS dijeron que "no queremos interferir, pero estamos preparados, sin embargo, a decir lo que pensamos". La única advertencia es que debe actuarse muy prudentemente y sin alargar demasiado los plazos. A pesar del a veces ininteligible debate que tiene lugar en España, en Washington no se duda de que España es un miembro completo de la OTAN. Si el referéndum arroja un resultado negativo "nos dolería, sería una pérdida para la OTAN y más grande aún para España, pero ambas partes podrían soportarlo", es la reacción diplomática ante esta posibilidad.

Washington estudió detenidamente el decálogo propuesto por González para definir la integración española en la Alianza Atlántica y se fijó especialmente en el punto relativo a la "reducción de la presencia militar norteamericana en España". Estados Unidos entiende que sus bases y el ser miembro de la OTAN no son temas exclusivos, sino complementarios. Aunque en el pasado posiblemente hubieran elegido las bases en vez de la OTAN, ahora no quieren esta elección y valoran las instalaciones como un complemento de la Alianza Atlántica.

No gusta aquí que la presencia militar de EE UU en España se vea como un factor negativo, pero la Administración entiende perfectamente, que Felipe González tiene problemas políticos internos para vender el tema OTAN y que quizá utilice la baza de una reducción en las bases. Estados Unidos estaría dispuesto a negociarlo, siempre que se haga sin prisas y por los pasos normales, esto es a través de la renegociación del tratado bilateral, que podría iniciarse en 1986. "Sería una genuina negociación entre amigos y aliados a la que las dos partes llevarían sus exigencias", afirman en el Departamento de Estado.

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