Dos factorías indias eliminarán su 'lluvia ácida" con un sistema catalítico español
Dos factorías de ácido nítrico de la compañía india Rashtriya Chemical and Fertilizers, de Bombay, eliminarán los residuos tóxicos de óxidos de nitrógeno -causantes de la lluvia ácida- con un sistema catalítico comercializado por Española de Investigaciones y Desarrollo, SA (Espindesa). El sistema es experimentado desde hace dos años en una de las factorías de Enfersa, en Puertollano (Ciudad Real). Es la primera vez que una empresa de investigación española consigue un contrato de este tipo, y entra con ello en un mercado de alta tecnología dominado por las firmas japonesas.
El proyecto, por un valor de 300 millones, iba a ser realizado para mediados de 1986; pero lo ha adelantado la sensibilización despertada en la India sobre los riesgos de la contaminación por productos químicos, a raíz de la catástrofe causada por un escape de la Union Carbide, en Bhopal, que causó más de 2.500 víctimas mortales.La innovación que presenta el modelo español frente a los japoneses y los de otras firmas europeas consiste en que, por primera vez, se consigue tratar los gases a la misma temperatura a la que salen al exterior, sin necesidad de calentarlos, lo que supone un gran ahorro energético, a la vez que aumenta la capacidad para eliminar este producto contaminante.
Hasta ahora los sistemas catalíticos desarrollados en otros países para la eliminación de óxidos de nitrógeno, mediante la reducción selectiva, son operativos a temperaturas superiores a 350º centígrados, sin embargo, en la mayor parte de las fábricas los gases a tratar se encuentran a temperaturas de 180º-200º centígrados. Elevar la temperatura de estos gases supone un coste adicional muy elevado en todo el proceso, ya que hay que utilizar un calentador de un material adecuado para soportar altas temperaturas, y añadir a ello costes muy altos de combustible y mantenimiento.
Un modelo de la compañía inglesa Engelhard para tratar estos gases a temperaturas inferiores a los 250º centígrados fracasó, ya que a 180º se formaba un veneno que anulaba al catalizador. Sobre este punto ha trabajado especialmente el equipo español dirigido por Jesús Blanco, vicedirector del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, hasta dar con una combinación de dos catalizadores que actúan conjuntamente. Uno de ellos anula el efecto del veneno y el otro reduce los óxidos de nitrógeno.
Para la eliminación de gases contaminantes en la atmósfera se necesita un sistema de prevención especialmente selectivo, ya que la concentración de gases nocivos presentes en el aire suele ser muy baja.
El procedimiento más utilizado en las industrias químicas en la depuración de los productos tóxicos consiste en un catalizador -en forma de pastillas, lentejas o estructuras cerámicas- introducido en el reactor. El gas contaminado pasa a través del catalizador, donde se produce la descomposición o combustión total de los contaminantes presentes.
El procedimiento, desarrollado con buenos resultados, hasta ahora, en los dos años que lleva funcionando en la factoría de Puertollano, se basa en la reducción catalítica selectiva de los óxidos de nitrógeno por amoniaco. Los productos que quedan resultantes de la reacción son nitrógeno y agua. Este modelo es adaptable también a los vehículos, aunque los resultados han sido menos satisfactorios, porque se produce una gran pérdida de potencia del motor.
Por el alto contenido en plomo de las gasolinas españolas hay que utilizar un catalizador cuatro veces más potente que los que se usan en Estados Unidos.
Control atmosférico
Precisamente en Los Ángeles, California, se produjo hace unos años una alarma roja provocada por una niebla artificial de óxidos de nitrógeno. Desde entonces Estados Unidos está a la cabeza, junto con Japón, en el control de la contaminación atmosférica. En el mundo existen unas 500 fábricas de ácido nítrico, 14 de ellas en España.Se calcula que en España se dispersan cada año en la atmósfera 225.000 toneladas de óxidos le nitrógeno, de las que un 25%, aproximadamente procede de estas 14 factorías. El resto tiene su origen en los vehículos a motor de explosión y centrales térmicas. La legislación española autoriza unos niveles de contaminación, en los alrededores de las plantas de ácido nítrico, muy similares a los de Estados Unidos. La concentración media de emisión de óxidos de nitrógeno suele ser de 4.000 partes por millón y los sistemas de descontaminación deben reducirla a 230 partes por millón en las factorías nuevas, y a 400, en las antiguas.
Los óxidos de nitrógeno se dispersan con gran facilidad en la atmósfera formando, si es muy alta la concentración, nieblas artificiales muy tóxicas. Cuando a un kilómetro de las plantas químicas hay una concentración de estos óxidos por encima de las 25 partes por millón, la población de la zona está sometida a un riesgo alto de sufrir enfisema pulmonar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.