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El escáner, por primera vez en un peritaje psiquiátrico en España

La prueba descartó lesiones cerebrales en el homicida de la esposa del diputado Trias de Bes

Víctor Gómez Arevalillo no tiene lesiones cerebrales como secuela de la escrofulosis -tuberculosis masiva- sufrida durante la adolescencia, que sí le afectó a las pleuras y a las articulaciones, según se ha podido saber en fuentes jurídicas. Esta es la conclusión obtenida por los psiquiatras, tras el análisis de la prueba realizada recientemente con el escáner -que por primera vez en España se utiliza como auxiliar de la justicia- al homicida de la abogada Consol Maqueda -esposa del diputado de CiU en el Congreso, Josep Marea Trias de Bes-, de su ayudante Carmen Mayordomo, y que también hirió gravemente a una tercera persona, Nuria Fitó, que trabajaba con ellas. El peritaje psiquiátrico está en su fase final y en el mismo se subraya la inteligencia normal de Gómez Arevalillo, así como su personalidad inmadura y su temor al desamparo.La juez Angels Vivas, titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, encargó de oficio el peritaje psiquiátrico a los médicos Domingo Saumench Gimeno y Vicente Medina Vicioso, pero Víctor Gómez Arevalillo se negó a recibirlos si no se lo indicaban los abogados encargados de su defensa. Los psiquiatras expusieron por escrito a la autoridad judicial que habían sido desestimados por el inculpado. La defensa, de la que están encargados los letrados Francisco Figueras y Sebastián Martínez Ramos, pidió por su parte a los psiquiatras-forenses Luis Borrás Roca y Leopoldo Ortega-Monasterio que efectuaran un peritaje, lo cual fue aceptado por la juez y no halló oposición en el inculpado, que se mostró dispuesto a colaborar. Durante varias semanas Víctor Gómez Arevalillo ha sido sometido a un riguroso trabajo pericia] que ha incluido un estudio biográfico, pruebas de personalidad, exámenes genéticos, electroencefalogramas e incluso una sesión de escáner.

Largo internamiento

La prueba del escáner, cuyo resulado se conoce como el TAC (tomografía axial computerizada), fue realizada el día 30 de noviembre en el centro Diagnosticum, del doctor Jordi Ruscalleda, en Barcelona, y descartó la existencia de tuberculomas -foco tuberculoso- en el cerebro, como secuela de la escrofulosis o tuberculosis masiva que le afectó en la adolesencia y que obligó a su internamiento durante varios años en un centro sanitario de Calafell (Tarragona).La escrofulosis en una tuberculosis que se extiende por los gangliaos linfáticos y se infiltra por la casi totalidad del organismo, incluidas las articulaciones y los huesos. Debido a ello se sospechó que pudiera haber afectado también al cerebro. El escáner actúa como un radar que detecta las diferentes densidades del cerebro y transmite las informaciones a un ordenador que reconstruye estos datos en imágenes distribuidas en planos. Es la primera vez en España que se realiza esta prueba en una persona de la que se quiere determinar su imputabilidad penal.

Sobreprotección familiar

Los diversos estudios realizados por los psiquiatras requeridos en el caso resaltan que la conducta homicida de Gómez Arevalillo estaría en relación con su inmadurez de personalidad, con el temor al desamparo derivado de su enfermedad y con todas las limitaciones que de ello se derivan. Según las fuentes jurídicas consultadas, los médicos piensan que la tuberculosis masiva afectó seriamente su estado físico y ello comportó una merma psíquica.En la biografía del procesado figura el dato de la protección que ejercieron sobre él sus hermanos mayores a causa de la enfermedad, así como el permanente temor a la incapacidad. En realidad, el mundo en que se desenvolvía Gómez Arevalillo tenía un marco referencial limitado: el círculo de relaciones se reducía al nucleo familiar y a su trabajo, con la única excepción del médico de cabecera, a quien visitaba en el ambulatorio de la Seguridad Social de la Verneda, casi diariamente. De alguna manera, de acuerdo con la tesis de los psiquiatras, los hechos de autos pudieron constituir la explosión de sus fantasmas y el temor al desamparo, aunque su situación laboral se ajustaba a la ley. Existe el antecedenre de otra explosión personal, hace casi diez años, cuando una discusión aparentemente banal con su hermana y su cuñado le provocó una crisis que le "desorganizó su personalidad" y le llevó durante dos meses a la Clínica Mental de Santa Coloma de Gramenet, en Barcelona.

El dictamen de los psiquiatras Borrás Roca y Ortega-Monasterio está a punto de concluir, aunque podría retrasarse algunos días porque la defensa desea que los dos psiquiatras que inicialmente debían estudiar el caso, los médicos Saumench Gimeno y Medina Vicioso, puedan ver también al procesado y emitir su juicio. Se da por seguro que el informe definitivo podrá estar listo antes que termine el mes de enero.

En los peritajes psiquiátricos, los médicos pueden emitir un dictamen conjunto en caso de acuerdo, o por separado, en caso de discrepancias. El informe debe calibrar la imputabilidad penal del procesado y puede convertirse en un importante auxiliar para el juez a la hora de dictar sentencia.

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