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Conmoción en Italia por la nueva matanza terrorista

Juan Arias

Al menos 32 personas resultaron muertas y 50 heridas, según las cifras oficiales provisionales avanzadas anoche, en un horrible atentado registrado en la tarde de ayer en Italia contra el tren rápido 904, de Nápoles a Milán, cuando circulaba a una velocidad aproximada de 140 kilómetros por hora en el interior del túnel Directísimo, de casi 19 kilómetros de longitud. Cinco llamadas distintas se registraron en diferentes medios informativos reivindicando el atentado para organizaciones fascistas. La sospecha general apunta en este sentido, pese a que también se produjo una llamada atribuyendo la acción a las Brigadas Rojas.

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La tragedia ocurrió al estallar una bomba en uno de los coches de viajeros, seguida de otra explosión, que afectó al parecer a cuatro de las 14 unidades que componían el tren, cuando éste se hallaba en el interior del túnel, en el término de San Benedetto Val di Sangro, entre Florencia y Bolonia. Una tragedia consumada en el lugar exacto en el que hace 10 años se registró otro atentado semejante con un balance de 14 muertos y cientos de heridos. También entonces el atentado fue atribuido a los movimientos fascistas de Orden Negro.Anoche las primeras reivindicaciones fueron muy confusas. La primera fue de Orden Negro, llegada a la redacción de Nápoles del diario romano Paese Sera. La segunda fue una llamada a Milán para desmentir la reivindicación de Nápoles con una voz que gritó "Viva el Duce". A las 23.20 de la noche otra llamada telefónica a la agencia Ansa de Roma reivindicó el atentado, esta vez en nombre de, las Brigadas Rojas. Ya en la madrugada llegó al Il Messaggero, de Roma, una nueva llamada en nombre de los Núcleos Armados Revolucionaros (RNAR) de la extrema derecha fascista; en dicho comunicado se hablaba de una venganza en honor de los camaradas fascistas que están a punto de ser procesados, anunciando que antes de final de año volverá a ocurrir "algo tremendo". Aún se registró posteriormente otra revindicación de signo fascista.

A las dos de la madrugada todavía no habían podido ser socorridas todas las víctimas del atentado, porque no había sido posible arrastrar hacia el exterior los vagones empotrados en el túnel. El gran calor y la humareda intensísima lo impedían. Además, las operaciones para Fecuperar a los pasajeros pudieron realizarse sólo por la parte de Bolonia, ya que por la de Florencia unos cables de alta tensión hacían muy difíciles los trabajos.

El terrible atentado hundió ayer en el dolor, la rabia y la indignación más profunda a todo este país que estaba preparando este año con una alegría especíal las fiestas navideñas, tras haber conseguido prácticamente derrotar el terrorismo de las Brigadas Rojas. Todo el mundo político estuvo alertado desde el primer momento. Los servicios informativos de radio y televisión estuvieron hasta las dos de la madrugada ofreciendo programas extraordinarios. La televisión anunció que abriría a las siete de la mañana de hoy para seguir con detalle el desarrollo de los acontecimientos. Los periódicos han renunciado a los dos días de descanso tradicionales en Nochebuena y Navidad.

Movilización antiterrorista

El jefe del Estado, Sandro Pertini, que acababa de llegar a los Dolomitas para pasar en la montaña unos días de descanso, anunció que esta mañana interrumpirá sus vacaciones para presentarse en el lugar del atentado.

Los sindicatos y el Partido Comunista Italiano han anunciado para hoy una movilización, general contra el terrorismo y a favor de la democracia, pidiendo a todos sus afiliados que vigilen con todos los medios necesarios para que nadie pueda explotar en clave antidemocrática estas horas de pánico y de indignación. En Roma y Bolonia están convocadas para esta tarde dos grandes manifestaciones.

Esta vez la única nota positiva dentro de la enorme tragedia ha sido la puntualidad con la que la máquina de las ayudas de todo tipo ha sido racionalmente movilizada minutos después de conocerse la noticia, gracias, por cierto, a la pequeña radio de un radioaficionado. Cientos de médicos, más de 40 ambulancias y todas las fuerzas a disposición de bomberos, polícia y carabineros fueron alertadas inmediatamente y los heridos pudieron ser asistidos conforme iban llegando a los hospitales sin perder un minuto.

El tren había salido de Nápoles a las 13 horas. Su primera parada fue en la estación de Roma y la segunda en Florencia, donde se sospecha que fue colocada la bomba cuya fuerte explosión fue oída por todos los pasajeros. La segunda explosión podría ser debida a una bombona de gas ya que la bomba había sido colocada cerca del bar del tren.

Según noticias de los ferrocarriles, el tren estaba abarrotado de pasajeros que se dirigían hacia e norte del país para pasar las Navidades. El túnel donde tuvo lugar la terrible explosión tiene 18,6 10 metros de longitud -atraviesa de lado a lado la cadena de los Apeninos- y el vagón donde estalló la bomba quedó, al parecer, completamente desintegrado, por lo que a la hora de despachar esta crónica nadie se atrevía a hacer conjeturas sobre el resultado defimitivo de la espantosa tragedia.

El tren, en el que viajaban no menos de 700 personas, estaba compuesto por la locomotora, 5 coches de primera clase, 7 de segunda, un vagón restaurante y un furgón postal. El conductor se percató de que algo extraño sucedía al encenderse los chivatos de su cuadro de mandos y tuvo el tiempo preciso de dar la alarma por radio, antes de que las comunicaciones quedaran definitivamente interrumpidas, segundos después de la explosión. Otro tren que en ese momento circulaba por el tunel quedó bloqueado al resultar afectadas las líneas de alta tensión así como las vías.

En el tren rápido el pánico se apoderó de los viajeros, al tiempo que el humo hacía irrespirable el ambiente. Mucha gente emprendió la huida a pie y se encontraron con los primeros socorros a la salida del túnel.

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