200 filmes mostraron en el festival internacional de La Habana el vigor del cine latinoamericano
El 6º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana fue clausurado esta semana por Fidel Castro con expectativas de alcanzar importancia mundial. De entre las más de 200 películas programadas en 11 días, Memorias de la cárcel, del brasileño Pereira dos Santos, ganó el premio para ficción y la española Todo es ausencia, de Rodolfo Kuhn, el de documentales. Las ayudas prometidas por Castro para el próximo año auguran un aumento de asistentes. Son más de 500 los cineastas desplazados este año a La Habana.
Esa cantidad de títulos concursantes no responde al criterio de un comité seleccionador: todos los cineastas pueden optar a que su trabajo sea mostrado en el festival y, por tanto, valorado por el jurado internacional que otorga los premios finales. De esta forma, la reunión de La Habana se convierte en la más exhaustiva muestra de las realidades cinematográficas de los países participantes. Complementada con un vigoroso mercado del filme, conferencias de prensa, sesiones paralelas (la de cine ibérico recogió algunas ausencias de la semana de cine español celebrada recientemente en La Habana), un concurso de carteles, otro lateral de cine de animación, y la lectura de ponencias (Vídeo, cultura nacional y subdesarrollo ha sido la temática de este año), la del festival habanero cubre todas las posibilidades de información que el tema requiere.De eso se trata ante todo: de intercambiar apoyos y reflejos, porque "es insólito, inconcebible, que se le siga negando a nuestros pueblos el acceso a su propio cine", según declaraba Julio García Espinosa, Viceministro de Cultura. El festival, en ese sentido, se define con claridad al apoyar los acuerdos tomados este otoño de Madrid en torno a la reciente Organización de Cinematográficas Iberoamericanas, los convenios bilaterales y cuanto tienda a "seguir luchando para acabar de lograr de una vez la comunicación sistemática de nuestros pueblos, para que nuestras películas se exhiban para todos y en todas partes".
Buscando las propias raíces
Sobre el contenido general de esas películas no cabe, lógicamente, una definición exclusiva, aunque la mayoría de ellas traten de plasmar las realidades, casi siempre terribles, de sus respectivos países: "Ni uno solo de los filmes exhibidos en este festival", dijo García Espinosa, "traiciona al hombre americano, ninguno lo denigra o lo entrega vendiendo a aquellos que, como diría Martí, nos desprecian". Memorias de la cárcel, la sólida película de Pereira do Santos, que ya fuera mostrada en la Quincena de Realizadores del último festival de Cannes, obtuvo el primer premio sin gran dificultad. El rigor con que recrea la situación de las cárceles brasileñas ("la cárcel no es más que una metáfora de la sociedad de mi país", ha dicho el autor), el cuidado en la puesta en escena y el excelente trabajo de los actores, confirman el talento del director de Vidas secas.En ese tono de productos cinematográficos bien acabados, industrialmente exigentes, se encuentran también los filmes argentinos, cuyo conjunto fue destacado por el jurado, que, además, premió especialmente la interpretación de Susú Pecoraro en la coproducción con España Camila, de María Luisa Bemberg; la de Miguel Ángel Solá en Asesinato en el Senado de la nación, de Juan José Jussid, y la de China Zorrilla en Darse cuenta, de Alejandro Doria: estos dos títulos obtuvieron, además, el segundo premio Coral ante los entusiastas aplausos del público. (Darse cuenta fue la película argentina torpemente rechazada a última hora en el pasado festival de San Sebastián).
Documentos escalofriantes
Tal rigor, no obstante, se encuentra igualmente en la mayor parte de los documentales mostrados. Las imágenes registradas por los cineastas, decididos a que nada de cuanto hoy ocurre en América Latina pueda ser olvidado, aportaron documentos que en algunos casos pueden resultar escalofriantes pero que en todos cubren graves lagunas de información ("cuando no conocemos la cultura europea, somos incultos; cuando ustedes no conocen la nuestra, sólo están mal informados", se dijo en un coloquio). ¿Qué se hizo de tu infancia?, del cubano Sergio Núñez, en la que unos niños combatientes en la guerrilla salvadoreña analizan la situación de su país en términos drásticos y maduros, en un lenguaje sorprendente en hombres de esa edad, fue acompañado por las estremecedoras imágenes de los campos de refugiados salvadoreños del filme norteamericano Ningún sitio donde huir o del apabullante documento holandés Y por lo tanto el Estado es responsable, que recuerda las circunstancias del asesinato de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador.El documental es uno de los grandes caminos del cine latinoamericano. En él caben estilos y tendencias diversos. Baste señalar el filme cubano Estética, que obtuvo el primer premio en el pasado festival de Bilbao, dotado con 170.000 pesetas, ofreciendo una divertida visión de los cuidados íntimos de los cubanos. Sus autores hicieron entrega pública de ese premio a un representante del Frente de Liberación Farabundo Martí.
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