Los árabes moderados intentan que Reagan recupere la iniciativa en Oriente Próximo

Los países árabes moderados llevan a cabo intensas consultas para intentar forzar a la Administración del presidente Ronald Reagan, una vez pasada la etapa electoral y aprovechando el reciente acceso al poder de los laboristas en Israel, a retomar la iniciativa en Oriente Próximo con vistas a la apertura de negociaciones de paz.

Tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Jordania y Egipto y los dos encuentros entre sus jefes de Estado, la Prensa árabe anuncia a diario nuevas cumbres que reunirán en enero, en Bagdad o en El Cairo, al monarca hachemí, a los presidentes iraquí y egipcio, Sadam Husein y Hosni Mubarak respectivamente, y al líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat.Para la consolidación de este incipiente eje moderado que reagrupa a Amman, Bagdad y El Cairo es necesario que estas dos últimas capitales restablezcan previamente sus relaciones diplomáticas, rotas por el régimen baasista iraquí cuando Egipto firmó en 1979 la paz separada de Camp David con Israel. La Prensa del golfo Pérsico asegura que Husein tomará esta iniciativa en enero próximo.

Mientras el ministro jordano de Asuntos Exteriores, Taher Masri, lamentaba "la falta de actividad norteamericana en la región", su colega egipcio, Esmat Abdel Meguid, pide nuevamente a Washington que dialogue con la OLP, y el jefe de Gabinete de Mubarak, Usama el Baz, solicita a la URSS que presione a EE UU en Ginebra para que acepte la convocatoria de una conferencia internacional.

Mubarak, que visitará oficialmente Washington en febrero, insistirá ante Reagan sobre el interés de convocar esta conferencia que todos los países árabes y la resistencia palestina apoyan ahora sin reservas, así como la URSS y el bloque socialista, pero que tanto EE UU como Israel han rechazado para evitar así reconocer a la OLP e impedir también a Moscú desempeñar un papel en Oriente Próximo.

Israel y la OLP

Mubarak entregará a su homólogo norteamericano, según fuentes solventes, un mensaje de Arafat en el que el máximo dirigente palestino se declara dispuesto a aceptar el derecho a la existencia de Israel siempre y cuando éste reconozca, a su vez, los legítimos derechos palestinos y el principio de la obtención de la paz a cambio de la restitución de los territorios de Cisjordania y Gaza.La diplomacia egipcia es bastante escéptica sobre las posibilidades de éxito de estas iniciativas, pero sus responsables esperan, al tomarlas, insertar un poco más a su país en el mundo árabe, que decidió marginarle tras la conclusión de Camp David y ahora le readmite paulatinamente. Su deseo de no volver a aislarse de su entorno geográfico ha conducido a Mubarak a dar largas a la propuesta israelí de reunirse con el primer ministro de Israel, Simón Peres.

Si la diplomacia norteamericana ha permanecido en los últimos meses relativamente inactiva ante la evolución del conflicto palestino-israelí -no de cara al sur de Líbano, en el que intenta encontrar una salida airosa para el Ejército de Tel Aviv que lo ocupa-, los israelíes han multiplicado, en cambio, las ofertas dirigidas no sólo a Egipto, sino también a Jordania.

A sugerencia israelí, Husein ha dado, al parecer, su acuerdo para entrevistarse con Peres, según informaciones difundidas por los medios de comunicación israelíes y apenas desmentidas por el portavoz del Gobierno.

Peres ha ofrecido a su interlocutor, según el diario israelí Maariv, administrar conjuntamente los territorios ocupados. No obstante, el soberano mantiene su posición de actuar en forma coordinada con la OLP, con la que Israel rechaza discutir por considerarla una "organización terrorista".