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Recitales poéticos de la actriz Graciela Dufau en el Festival de Cine de Huelva

Graciela Dufau, actriz argentina famosa en Latinoamérica, se ha convertido en una de las protagonistas del Festival de Cine de Huelva con los distintos recitales que sobre poetas latinoamericanos ofreció en la capital onubense. La organización la escogió para participar en el homenaje a Huelva, coincidiendo con el décimo aniversario del certamen, y se llevó los aplausos del público por su interpretación poética.

Pese a todo, la actriz, con impresiones ciertamente pesimistas, no ve con claridad el desarrollo del teatro y el cine argentinos, acorralados entre las carencias estructurales y lo que ella considera falta de identidad de aquel pueblo.Es la tercera vez que Graciela Dufau visita Huelva; el jurado del festival le concedió una mención especial en 1982 por su interpretación en la película Momentos, galardón que recogió al año siguiente, cuando participó ella misma como jurado. Aquel día -lo recuerda Graciela Dufau con gran emoción- que le dieron el premio era el mismo en que Alfonsín fue elegido presidente de Argentina.

Pese a sus dificultades con el régimen militar, nunca abandonó su país. Participó en actividades culturales en las cárceles recitando a los poetas de la libertad. "Las palabras les sonaban a los presos de forma diferente que a los otros. Decirles árbol, calle o soledad era recordarles lo de fuera. Algunos lloraban".

Pese a su pleno conformismo con la política del presidente Alfonsín y su optimismo vital, la actriz, de 47 años de edad, no duda en ser precisamente lo contrario cuando habla del mundo del cine y del teatro argentinos. "La temporada teatral de este año ha sido fatal. La crisis económica es muy seria, pero además pienso que en el mundo del arte estamos empobrecidos, nos faltan creadores, necesitamos otro Borges. Pasamos demasiado tiempo mirándonos al ombligo, metidos en el pequeño espacio que nos permita ganar algunos dólares más".

Argentina y España

Con respecto a España, no duda en recordar que aún el apelativo madre patria sigue estableciendo una relación de subestimación. "Los argentinos miran hacia España con mucho amor y a la vez con mucho odio. Cuando llega una semana de cine español, las películas son acogidas con extraordinario interés, y artistas y directores son tratados con toda la hospitalidad posible. Por contra, podría contarle mil y un chistes que aún se usan en Buenos Aires para definir peyorativamente a los españoles"."Tengo la sensación", prosigue, "de que aún nos miran como hijos y están esperando a que crezcamos. Es posible que sea una característica propia de los argentinos; todo lo que viene de Europa nos encanta, pero no somos capaces de valorar lo nuestro. Y es que yo me llamo realmente Graciela Chedufau Mangani Conde o, lo que es lo mismo, apellidos franceses, italianos y españoles; así parece que aún no hemos podido superar esta contradicción, seguimos permitiendo que nos invadan otras ideas sin tener las nuestras propias".

Amiga de Ernesto Sábato y del propio presidente Alfonsín, forma parte de ese grupo de intelectuales argentinos agrupados en torno al presidente. Habla de fragilidad y necesidad de apoyo para el nuevo régimen, pero al mismo tiempo cree que "todavía hay un pequeño fascista dentro de cada argentino; es una situación dificil de desterrar".

"Por todo ello", concluye, "porque necesitamos comunicarnos, ser entendidos sin complejos de inferioridad, he venido a Huelva. Aquí no ocurre como en otros certámenes cinematográficos que, pese a que somos invitados, quedamos postergados y reducidos a nuestro propio grupo. En Huelva estamos ante gente que quiere escucharnos, entendernos, y por ello me brindé cuando la organización me propuso participar en el homenaje al público onubense, que durante diez años de cine latinoamericano ha hecho posible, entre otras cosas, que yo esté aquí sin complejos de inferioridad".

Películas a concurso

Entre las películas que concurren en el festival figuran, por Argentina, Los chicos de la guerra" de Bebe Kamin; por Bolivia, Amargo mar, de Antonio Eguino; por Brasil, Quilombo, de Carlos Diegues; por Colombia, Cóndores no entierran todos los días, de Francisco Norden; por Costa Rica, La segua, de Antonio Yglesias; y por Cuba, Habanera, de Pastor Vega. México envía Eréndira, de Ruy Guerra.

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