Ceuta y Melilla
Acabo de leer en EL PAIS del 19 de noviembre de 1984 la columna firmada por don Juan Pando, titulada España y Marruecos, la hora final, que me ha impresionado vivamente por su valentía y clarividencia.Requiere valor plantear el tema de Ceuta y Melilla en unos momentos en que existe una hipersensibilidad especial hacia cualquier idea que pueda, siquiera remotamente, insinuar la posible cesión de las citadas plazas.
Demuestra clarividencia y visión a largo plazo el planteamiento inteligente que hace el señor Pando de un tema que tarde o temprano tendrá que resolverse de una manera u otra, y lo que el señor Pando propone, en definitiva, es que España se adelante con inteligencia y generosidad en una partida en la que pueden y deben ganar ambos contendientes si se definen de entrada correctamente las bases del juego.
En mi calidad de ingeniero, formando parte del equipo que estudia la viabilidad de un enlace fijo Europa-África a través del estrecho de Gibraltar, he tenido ocasión en los últimos cuatro años de acercarme, siquiera desde el prisma de mi profesión, a la realidad socioeconómica del país vecino, y he podido constatar, en primer lugar, que la recuperación de Ceuta y Melilla es un objetivo común a cualquier ideología o pensamiento del que nunca claudicarán; pero he podido detectar asimismo que el camino para llegar a conseguir este objetivo se concibe como una operación a realizar en un marco de cooperación y entendimiento entre España y Marruecos. Por
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