Los especialistas califican a 'La regenta' como la mejor novela en castellano del siglo XIX
La clásica consideración de La regenta como segunda obra cumbre de la literatura española y mejor novela en castellano del siglo XIX ha sido compartida por los 65 especialistas, españoles y extranjeros, que analizaron durante la semana pasada en Oviedo la vida y obra de su autor, Leopoldo Alas, Clarín. Entre los estudiosos de Clarín estaban en Oviedo los franceses François Botrel e Yvan Lissorgues, los norteamericanos Carolyn Richmond y Noel Valis y los españoles Martínez Cachero, Emilio Alarcos, Ricardo Gullón, Dionisio Gamallo y Antonio Vilanova.
El simposio internacional, organizado por la universidad de Oviedo y patrocinado por el ayuntamiento de la capital asturiana, que coincidió con el centenario de la publicación del primer tomo de La regenta, constituyó el análisis más exhaustivo y minucioso de los realizados hasta ahora sobre el escritor Leopoldo Alas. A lo largo de este año se han realizado numerosos actos conmemorativos de este primer centenario, pero sobresale entre todos la decisión de la Dirección General del Libro de apoyar económicamente la traducción de La regenta a 12 nuevos idiomas, entre ellos el chino. Hasta ahora, había versiones de la novela en italiano, alemán e inglés.Las reacciones y críticas al primer tomo de La regenta, publicado en Barcelona en noviembre de 1884, tardaron algunos meses en llegar, pero surgieron con la fuerza de un vendaval. José María Martínez Cachero, catedrático de la universidad de Oviedo, recordó en la lección inaugural del simposio algunos de los episodios más destacados, entre los muchos ocurridos a raíz de la aparición de la novela.
El primero y más conocido fue el protagonizado por el entonces obispo de Oviedo, Ramón Martínez Vigil. El prelado, a través de una carta aparecida en el Boletín Eclesiástico, tildaba a Leopoldo Alas de "salteador de honras ajenas". Clarín contestó a las acusaciones del obispo en las páginas de la revista Madrid Cómico y la controversia quedaría resuelta con la rectificación del prelado y el inicio de la amistad entre ambos.
Hubo aún censuras más burdas, como las del francés Louis Bonafoux, que acusó a Clarín de plagiar Madame Bovary, pero también se hicieron públicas opiniones muy favorables a La regenta, entre ellas las de varios escritores de la época: Pérez Galdós -prologuista de la segunda edición de la novela- José María Pereda, Emilia Pardo Bazán y Menéndez Pelayo, quienes elogiaron la obra, aunque con matices en algunos casos.
La adversidad no preocupaba a Clarín, un furibundo crítico de la sociedad que habitaba el Oviedo -Vetusta en la novela- de la época de la Restauración. Leopoldo Alas, tal como señaló en este simposio el profesor francés Yvan Lissorgues, fue un liberal "entregado a la lucha por la reforma de la sociedad, partiendo de la moralización de la vida". A juicio de Lissorgues, autor, junto con François Botrel, de una traducción de La regenta al francés aún inédita, "el mejor homenaje que podemos hacer a Leopoldo Alas es destacar el rasgo de su honradez intelectual".
'Generación del Carbayón'
Leopoldo Alas, que fue concejal del Ayuntamiento de Oviedo por insistencia de Emilio Castelar, participó activamente en la creación de la Extensión Universitaria, proyecto impulsado por un grupo de intelectuales empeñados en extender la cultura entre las clases sociales más desfavorecidas. Leopoldo Alas, que formó parte de aquel colectivo krausista denominado después generación del Carbayón, estimaba que los obreros "tenían un afán de instrucción mayor que los burgueses".Antonio Vilanova, de la universidad de Barcelona, hablé sobre La regenta, entre la ley natural y el deber moral. En su opinión, la novela es sobre, todo, "el análisis de un temperamento apasionado y sensual, sometido a la acción combinada de las propias condiciones sociales, psicológicas y morales y al determinismo del medio en que se mueven". El simposio constituyó un abrumador despiece de la obra más conocida de Clarín, que parecía colocada bajo un microscopio.
Algunos de los conferenciantes, como el profesor Ricardo Gullón, deleitaron a los asistentes al congreso con apasionados y sentidos comentarios sobre determinados capítulos de la novela. Otros, como Dionisio Gamallo, encargado inicialmente de tratar la relación epistolar entre Leopoldo Alas y Emilia Pardo Bazán, no fueron capaces de ceñirse al guión. El profesor Gamallo, que arrancó los aplausos más prolongados del congreso, aprovechó la oportunidad del mismo para hacer unas veladas alusiones a la supuesta homosexualidad latente del magistral Fermín de Pas. Dionisio Gamallo, que aludió a su condición de ex presidente de Acción Católica, arremetió con una dureza inusitada contra la moral sexual de la Iglesia católica.
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