Profeta en Vetusta

, Superada ya su mala fama de escritor poco recomendable para las buenas costumbres, perdido también el miedo de los editores a relanzar su obra, a Leopoldo Alas sólo le faltaba el reconocimiento oficial de las clases dirigentes de Oviedo, la Vetusta que retrató magistralmente en La regenta.

Triunfar en Oviedo, ciudad a la que muchos aún consideran fiel reflejo de aquella Vetusta, ha sido tan dificil para Clarín como lograr la traducción de su novela al chino y, por insólito que parezca, así ha ocurrido: cuando el éxito del simposio era tan sólo una posibilidad, ya estaba tomada la decisión de hacer una versión para Pekín.

Cien años después Clarín lo ha conseguido. Ha logrado su rehabilitación total en el ayuntamiento donde fue concejal. Antonio Masip, alcalde socialista de Oviedo, reivindicó con firmeza la figura del edil y escritor que más había vapuleado la institución municipal.

La universidad, contra la que no arremetió el escritor porque de ella comía -la literatura sólo daba para las cenas, según sus testimonios-, también quiso contribuir a su definitiva recuperación oficial, y lo hizo con la reposición de una placa dedicada al catedrático de Derecho Romano Leopoldo Alas, que había sido quitada del claustro al término de la guerra civil.

El simposio celebrado la semana pasada ha confirmado la importancia literaria de Leopoldo Alas. Pero, sobre todo, ha conseguido su rehabilitación en Vetusta.