Hussein propone a los palestinos una iniciativa de paz conjunta

El rey Hussein de Jordania propuso la adopción de una iniciativa de paz conjunta jordano-palestina en su discurso ante la 17 sesión del Consejo Nacional Palestino (CNP)-considerado como un Parlamento en el exilio-, la máxima instancia de la resistencia palestina, que consiguió reunirse ayer en Amman con la presencia de más de los dos tercios de sus delegados. El monarca hachemí sostuvo que la iniciativa debía inspirarse en la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU y tenía que desarrollarse en el marco de una conferencia internacional patrocinada por esta organización. "Un principio no negociable debe guiarnos: los territorios a cambio de la paz"."Si aceptáis esta propuesta", prosiguió, estamos dispuestos a caminar juntos; si, al contrario, creéis que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es capaz de actuar sola, entonces os deseamos buena suerte. Cualquiera que sea vuestra decisión, la respetaremos. Podeis contar con nuestro apoyo", añadió Hussein, visiblemente satisfecho por la celebración en su capital de la reunión del Parlamento en el exilio a pesar de las presiones de Siria, que impidió a numerosos representantes afincados en Damasco acudir a la convocatoria.

La resolución 242 ha sido siempre rechazada por la OLP, a pesar de que prevé la evacuación de todos los territorios ocupados por Israel durante la guerra de los seis días, de 1967 -Cisiordania y Gaza-, porque trata el problema palestino en términos de refugiados y no menciona su derecho a la autodeterminación y a la creación de un Estado independiente.

Yasir Arafat, el líder de la OLP, que se resiste aún en sus conversaciones privadas con el rey Hussein a aceptar la resolución 242, no contestó, como era de esperar, explícitamente a la oferta del monarca. En su discurso inaugural, de 70 minutos, se limitó a recordar sus consabidas tesis sobre la necesidad de "convocar una conferencia internacional inspirándose en las resoluciones intqrnacionales y en la resolución de la cumbre árabe de Fez" de 1982, y reiteró además que "la solución del conflicto pasa por el derecho al regreso de los palestinos y también el de fundar un Estado independiente, cuya capital será Jerusalén".

El tono conciliador del máximo dirigente palestino, que se pronunció por hacer todos los esfuerzos posibles para restablecer relaciones normales con Siria, contrastó también con el del jefe del Estado jordano, que acusó, sin nombrarlo, al vecino régimen de Damasco de "intentar secuestrar a la OLP para sus propios fines".

Mientras Arafat se dirigía desde la tribuna a los disidentes y elementos prosirios, al afirmar que "el corazón de la revolución está abierto a todos", el soberano denunciaba, por su parte, a ,,esos hermanos árabes que interfieren públicamente en los asuntos de la OLP violando las resoluciones árabes".

Independencia

El vicepresidente del Consejo Nacional, Selim Zanun, abrió, sin embargo, los trabajos de esta sesión, dedicada a "los mártires del CNP", con un discurso en el que arremetió duramente contra el régimen sirio y contra su presidente, Hafez el Asad, al que recordó que en su alocución ante el Parlamento palestino que se celebró en Damasco en 1981 abogó por la independencia de la OLP, que ahora no respeta. "Nosotros estamos ahora por esta independencia", concluyó.

La intervención de Zanun fue seguida por la del secretario general de la Liga Árabe, el tunecino Chadli Klibi, que, tras hacer hincapié en la necesaria reconciliación interpalestina, no dudó en defender, por primera vez, la reintegración de Egipto en el seno de la familia árabe.

Cuando las cámaras de la televisión jordana barrían la asistencia, resultaba sorprendente ver sentados juntos a hombres como el comandante en jefe del Ejército jordano, general Ben Chaker, y a Hani el Hasan, consejero de Arafat, que hace 14 años se enfrentaron violentamente durante ese septiembre negro en que el Ejército jordano acabó con la presencia armada palestina autónoma en el reino hachemí.

Entre las 2.200 personas agolpadas en la sala destacaban también los 160 representantes de diversos partidos egipcios -con los que Arafat tuvo la deferencia de recibirlos aparte-, algo más numerosos que los iraquíes. Brillaban, en cambio, por ausencia sólo tres países árabes: Libia, Siria y su nuevo aliado, Líbano.

Para agradar a sus aliados marxistas en el seno de la resistencia palestina -el Frente Popular y el Democrático, que boicotean el encuentro, pero sin llegar a disgustar a Arafat-, la Unión Soviética optó, finalmente, por enviar ayer al hemiciclo a un simple secretario de su Embajada en Jordania. España estuvo representada por su embajador político en Aminan, Emilio Menéndez de¡ Valle.

Aminan ofrecía ayer el espectáculo de una ciudad sitiada, con el tráfico cortado en numerosas calles en torno a los nueve hoteles de lujo-donde se alojan los delegados representaciones extranjeras y los 250 periodistas, mayoritariamente egipcios, y en las avenidas de acceso a la ciudad deportiva Al Hussein, donde se desarrolla el Consejo Nacional Palestino.