Oldrich Belic
El fundador del hispanismo en Checoslovaquia ha iniciado un viaje por varias universidades españolas
"Yo desperté a la política a través de la guerra civil española y del contacto con los refugiados españoles", afirma este checoslovaco que en 1936 estudiaba francés en Nimes. El impacto que produjo la guerra en el joven que entonces tenía 16 años determinó la opción profesional por la que se decantaría después, a su regreso a Checoslovaquia. Abandonó el estudio del francés y se dedicó al castellano.Pero otro acontecimiento bélico truncaría esta carrera recién estrenada: la segunda guerra mundial. Entonces, en Praga, Jakobson, Karcevski y Trubetzskoy publicaban los Travaux du Cercle Linguistique de Prague y fundaban así el movimiento estructuralista, que cambiaría las bases de los estudios lingüísticos y salpicaría a otros campos científicos.
"La guerra significó una ruptura total en la actividad intelectual, puesto que las universidades permanecieron cerradas durante los cinco años", explica el hispanista. Pero a partir de 1945, Oldric Bélic se planteó cómo introducir los estudios hispánicos en la universidad de su país. Él absorbía entonces un diccionario español de 15.000 palabras. Bélic cuenta hoy, ruborizándose, la experiencia que supusó aprenderse casi de memoria aquel repertorio de voces. En Checoslovaquia se habían tralucido varias novelas de Blasco Ibáñez y algún clásico clásico. "Para fundar el hispanismo en el país debíamos asumir la tradición literaria, pero también incorporar os autores contemporáneos y aplicar las últimas tendencias que urgían en el estudio de la literatura". La tarea no se presentaba fácil, pero el hispanista confiesa que á volviese a nacer repetiría la experiencia.
El profesor ha publicado hasta hoy una treintena de estudios sobre la literatura hispana, entre los lue destaca la obra Análisis estructural de textos hispánicos, en la que se recogen obras tan dispares como Lazarillo de Tormes o el Tirano Banderas de Valle-Inclán.
El objetivo que se trazó Oldrich Bélic encontró numerosas dificultades ante la ausencia de relaciones diplomáticas entre España y Checoslovaquia, por lo que la única posibilidad se centró en la aproximación a América Latina. "Al margen de la desintegración del círculo lingüístico, las consecuencias de la guerra fueron tremendas para todos". Las letras checas están este año de enhorabuena por la concesión del Premio Nobel de Literatura al poeta Jaroslav Seifert. En opinión de Bélic, este escritor "es un poeta muy bueno de cuya obra casi no hay traducciones. Tiene mucho talento para trabajar el idioma y es a la vez tierno y revolucionario, dos cosas que no suelen encontrarse en nuestros poetas". Una hija de Seifert acude a las clases que imparte Bélic en la Universidad de Praga.
El catedrático asegura que la literatura hispana tiene buena acogida entre el público checoslovaco, que cada jueves por la tarde, cuando se ponen los libros a la venta, acude a comprar las novedades. García Lorca, los hermanos Goytisolo, García Márquez, Ana María Matute y Julio Cortázar son los autores preferidos en este país, cuyo índice de lectura, según Bélic, "es alto".
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