Popper: "Estamos viviendo en el mejor de los mundos históricamente conocidos"
"Vivimos en el mejor de los mundos del que tengamos conocimiento histórico", afirmó ayer en Madrid el filósofo Karl R. Popper en el acto inaugural del simposio en el que se le rinde homenaje. Popper planteó su charla como una advertencia contra "ciertas modas intelectuales" que pueden conducir a la aniquilación de la civilización occidental, analizando los casos específicos de la física, la psicología y la sociología. El filósofo nacido en Viena y residente en Inglaterra culminó su intervención afirmando que si se prescinde del realismo, "todo está permitido".
"No pretendo hacer orofecías sobre el futuro", afirmó Karl Raymund Popper durante su conferencia y aseguró a continuación que vivimos en el mejor de los mundos del que tengamos conocimiento histórico". Sin embargo, Popper se proponía analizar el papel de los intelectuales en la sociedad actual y "poner en guardia sobre sus peligros". El filósofo arrancó de la narración bíblica que presenta a los israelíes adorando un becerro de oro y aseguró que se hallaban "engañados por los intelectuales". "Con ese acto", añadió Popper, "se inició la primera matanza en nombre de las ideologías. Sólo los intelectuales tienen ideas tan estúpidas como la de matar a otra gente".Popper considera necesario poner en guardia a la soc¡edad frente a "algunas de las tendencias de la ciencia actual", sustentadas por "gente que cree que hay algo mejor que la ciencia. Yo creo en la ciencia", dijo, aunque reconozco que en ella se dan modas y algunas de éstas son peligrosas". Como ejemplo de la peligrosidad de las modas científicas citó la Física, área en la que, en su opinión, se producen preocupantes ramificaciones espiritualistas; la Psicología, abocada a un materialismo que le es impropio, y la Sociología, donde los sociólogos "se muestran arrogantes y afirman saber lo que es la verdad: el acuerdo social. Esto es intelectualmente ridículo y extremadamente peligroso".
La Psicología traspasó sus propios límites, explicó Popper, con el conductista Watson, cuando éste afirmó que los niños eran pura arcilla y que la educación podía moldearlos a capricho del educador. En Sociología, los principales problemas aparecen de la mano de los sociólogos del conocimiento que extienden la idea de que la verdad equivale al consenso social, lo que equivale a la catástrofe. En Física, las doctrinas extrañas se introducen, fundamentalmente, de la mano de Heisemberg y culminan en el abandono mayoritario de la comunidad de fisicos, con excepciones notables como la de Einstein, del realismo.
Para Popper, la postura de Heisemberg se convierte en catastrófica en el momento en el que niega la posibilidad de "ir más allá en nuestra experimentación". La Física deja de ser una ciencia de objetos para convertirse en una ciencia de "sueños". La postura de Heisembreg culmina en la aceptación general del solipsismo -irreductibilidad de la experiencia más allá de uno mismo-, en el ámbito teórico. Pero la explosión de la primera bomba atómica sobre Hiroshima muestra la inanidad de este idealismo al dejair sentado que "la Física trata de algo real, muy real" Esta negación de la realidad, -evaporación de la realidad, en palabras de Heisemberg-, puede llevar, según Popper, a la eliminación de la civilización occcidental, basada en la ¡dea de la búsqueda de la verdad, porque "la verdad", dijo Popper, "es el elemento más importante de la libertad. No hay libertad si no hay verdad. Y éste es un problema intelectual".
Pese a todo ello, Popper afirmó que no era pesimista, sino optimista, y cerró su intervención con un chiste que, dijo, se explicaba en la Viena de su juventud: "En Alemania, se decía, la situación es seria, pero no desesperada. En Austria, la situación es desesperada, pero no seria". Tras ello afirmó que la situación actual es "también desesperada, pero no seria".
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