El Ejército libanés se hace con el control de varios puertos ilegales
El Gobierno de unión nacional libanés, que preside Rachid Karame, consiguió ayer que el Ejército se hiciese con el control de un sector del puerto de Beirut que hasta ahora se encontraba en manos de la milicia falangista cristiana. Las tropas regulares lograron también paralizar la actividad de otros 11 puertos ¡legales por los que llegaban numerosas mercancías que, al no pagar derechos de aduana, convertían a Líbano, de hecho, en un puerto franco por el que transitaba gran parte del contrabando distribuido en Oriente Próximo.A primeras horas de la mañana tropas regulares tomaron posiciones en las instalaciones portuarias de Beirut, en tanto que guardacostas, helicópteros y hasta un par de vetustos aviones Hawker Hunter vigilaban las aguas territoriales libanesas para impedir que algún barco atracase en los puertos carentes de servicios aduaneros.
El Ejército emitió un comunicado en el que recordaba que dispararía contra cualquier buque que, desobedeciendo sus órdenes, se dirigiese hacia esos puertos, cuya actividad priva al Estado libanés de la mayor parte de sus derechos aduaneros, su principal fuente de ingresos, al ser un país sin fiscalidad. No obstante, fuentes allegadas a una poderosa milicia dieron a entender que en cuanto cese la demostración de fuerza, las facciones armadas confesionales no tardarán en recuperar el control de la mayor parte del litoral.
Dos portaviones de la VI Flota norteamericana, el Independence y el Eisenhower, se desplazan hacia las aguas donde patrullaron ayer los guardacostas de la Marina libanesa. Su misión, según la Prensa estadounidense, es hacer frente a un eventual e inminente atentado contra los intereses de EE UU en Líbano o Chipre, adonde han sido trasladados casi todos los servicios norteamericanos hasta ahora instalados en Beirut.
Diálogo retrasado
Por otra parte, la apertura de las nuevas conversaciones entre Beirut y Tel Aviv sobre la retirada del Ejército israelí de la zona sur de Líbano, que ocupa desde hace dos años, puede ser retrasada, a petición de la parte libanesa, si el Gobierno de unión nacional sigue siendo incapaz de reunirse en consejo de ministros para nombrar a su delegación negociadora.
El general irlandés William Callaghan, jefe de las fuerzas de la ONU desplegadas en Líbano meridional, cursó el viernes sendos telegramas a israelíes y libaneses invitándolos a comunicarle la composición de las delegaciones que estaba previsto que se reunieran mañana en Nakura, localidad situada en territorio libanés y a escasa distancia de Israel.
Un consejo de ministros extraordinario debía nombrar ayer a los militares libaneses que acudirán a la reunión de Nakura, pero ante la permanencia de dos destacados ministros musulmanes en el extranjero, precisamente los más deseosos de obtener la retirada israelí -el druso Walid Jumblat y el shíi Nabih Berri-, la reunión gubernamental fue aplazada. "Nos reuniremos cuando vuelvan", anunció el primer ministro Rachid Karame, aunque el compromiso parecía posible si Jumblat aceptaba delegar en otro ministro.
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